Un libro que llevo un tiempo leyéndome es Progressively worse: The burden of bad ideas in British schools, de Robert Peal. La primera parte del libro la dedica a repasar la historia y la evolución de la educación inglesa. Me ha parecido muy interesante el momento en el que habla sobre el 'Informe Plowden'. Este fue un informe que publicó la inglesa Lady Bridget Plowden en el año 1.967. Constaba de 2 volúmenes y más de 1.000 páginas, y alcanzó una gran difusión.
En este informe, desde el principio, se planteaba que el alumno tenía que ser el de la escuela. ¿Cuáles eran los referentes? Por encima de todos, destacaba Jean Piaget y su teoría del desarrollo, pero no se quedaba ahí: otros referentes eran Rousseau, Pestalozzi, Froebel, Whitehead, Dewey... El autor cita el siguiente pasaje como ilustrativo del talante que tenía el informe:
'Una escuela no es solo una tienda de enseñanza. La escuela se plantea de forma deliberada el diseñar un ambiente correcto para los niños, que les permita ser ellos mismos y desarrollarse de la manera y al ritmo que sea apropiado para ellos. Intenta igualar las oportunidades y compensar los hándicaps. Pone especial énfasis en el descubrimiento individual, en las experiencias de primera mano y en las oportunidades para el trabajo creativo. Insiste en que el conocimiento no ha de caer en compartimentos estancos y en que el trabajo y el juego no son opuestos, sino complementarios'.
El informe expresaba también sus dudas sobre el beneficio de la práctica repetida, de los premios, de las sanciones, de la existencia de las asignaturas, de corregir el trabajo de los alumnos, de seguir esquemas de lectura y de aprender de memoria. Apostaba por aprender a través del juego, la preparación para la lectura sin forzarla, el aprendizaje por descubrimiento, el método global de aprendizaje de lectura y las nuevas matemáticas. El informe Plowden acababa con una sentencia famosa: 'El que descubran por sí mismos ha probado ser mejor para los alumnos que el que se les digan las cosas directamente'.
En otro capítulo titulado 'El niño en la comunidad escolar', el informe animaba a los colegios de primaria a dejar de organizarse siguiendo una 'línea tradicional' y a optar por una 'línea libre'. El informe utilizaba de forma habitual el término 'revolución' y, de una forma particularmente adornada, definía cómo debía de ser un aula de primaria:
'Cuando una clase de niños de 7 años se da cuenta de que los pájaros van al comedero para ellos que está puesto en la ventana exterior, pueden decidir, después de discutirlo con su maestro, el construir su propio aviario. Lo harán con plena voluntad y pintarán a los pájaros volando, harán modelos con arcilla o papel-maché, escribirán historias o poemas sobre ellos y buscarán referencias en los libros para descubrir más sobre sus hábitos. Los niños no asimilarán ideas inertes, sino que estarán totalmente involucrados en pensar, sentir y hacer. No hay ningún intento de separar la lectura y la escritura en compartimentos separados: ambas sirven para un propósito más alto, y las barreras artificiales no fragmentan la experiencia de aprendizaje'.
Todo lo que hemos descrito del informe hasta ahora, ¿no os suena muy, tremendamente familiar? Son ideas que se nos presentan como plenamente actuales pero, como mínimo, ¡tienen más de 50 años! Y si vamos más atrás nos podemos remontar a Summerhill, de la que también habla el libro, a Dewey... El problema de estas ideas es que, de entrada, son muy bonitas, y parece que sean ciertas, pero la realidad que hay detrás de ellas es que no lo son. El aprendizaje por descubrimiento no es la mejor forma de aprendizaje en la mayoría de los casos, especialmente para aquellos con más dificultades o menos oportunidades. ¿Significa esto que no pueda usarse nunca? No. Puntualmente quizás sí que se podrá, pero sin que sea el medio principal.
Al informe le sucedió una significativa crítica de personas como el filósofo de la educación R. S. Peters, que comentaré en el próximo post. A pesar de que se alzaron algunas voces contra el informe Plowden, sus ideas acabaron calando y contribuyó de forma decisiva a que las ideas comentadas se extendieran por las escuelas del Reino Unido. Si nos paramos un poco, vemos que no son tantas las diferencias entre el presente y el pasado; ojalá conociéramos este último mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario