domingo, 21 de noviembre de 2021

La psicología detrás de una buena distribución del aula

Photo by Taylor Wilcox on Unsplash

Hará cosa de unas semanas, me llegó este interesante artículo del blog InnerDrive del Reino Unido. En este caso, hablaba sobre la distribución de los alumnos en el aula. Esta es una cuestión sobre la cual en España se suele reflexionar poco, y se suele identificar el distribuir la clase en grupos como una práctica 'innovadora', mientras que el tener a los alumnos de forma individual suele verse como 'tradicional'. Frente a esta visión maniquea, el artículo me pareció interesante porque profundiza en lo que comporta cada distribución de aula, y destaca el hecho de que lo que hay que hacer para optar por una u otra es reflexionar sobre los tipos de actividades que se llevarán a cabo, sobre la materia en cuestión, sobre las características y necesidades de nuestros alumnos... De ahí que quisiera recoger aquí la traducción en este post*.

* Este post es una traducción del artículo original de InnerDrive, el cual me ha parecido interesante recoger aquí para la divulgación de su contenido y para facilitar el conocimiento de InnerDrive..

La psicología detrás de una buena distribución del aula

¿Es realmente importante elegir dónde se sientan nuestros alumnos? Bien, estudios recientes han encontrado que sí que lo es, y que el comportamiento y resultados académicos de los alumnos mejoran con una buena distribución del aula.

Pero, ¿qué es lo que hace que sea tan relevante? Y, ¿qué es una buena distribución?


¿Por qué es importante una buena distribución del aula?

Elegir una buena distribución del aula puede ser una tarea difícil, ya que los profesores tienen que tomar decisiones complejas sobre cómo integrar alumnos de contextos diversos y con diferentes habilidades, así como fomentar un sentimiento de pertenencia a la clase. Esto no es fácil, y los problemas para gestionar el aula se han convertido en una de las mayores causas de agotamiento y fatiga del profesorado.

Por lo tanto, ¿por qué vale la pena tener una buena distribución del aula? Bien, una revisión reciente encontró que una buena distribución tenía muchos efectos positivos para los estudiantes, incluyendo:

Entonces, ¿qué nos dice la investigación sobre las mejores distribuciones del aula?




FILAS vs. GRUPOS vs. SEMICÍRCULO

En primer lugar, la forma según la cual organizamos las mesas de los alumnos en el aula, puede tener un impacto muy grande. Dentro de la investigación, los investigadores descubrieron que las 3 maneras más populares de organizar el aula era con las mesas en filas, en pequeños grupos o en semicírculo. Cuando las mesas están en filas, los alumnos miran a los profesores. Sin embargo, cuando están en grupo, los alumnos tienen a mirarse los unos a los otros. Finalmente, cuando están organizados en semicírculo, los alumnos se miran los unos a los otros y el profesor está en el medio.

La decisión sobre qué opción es la mejor depende de 3 cosas:
1. Tu objetivo.
2. La naturaleza de la tarea.
3. El tipo de comportamiento deseado.

Filas

Si tu objetivo es crear orden y hacer que los alumnos trabajen de modo independiente, entonces organizar la clase en filas es la mejor forma. La investigación previa sobre organización del aula encontró que tener las mesas en filas lleva a un ambiente de aprendizaje mucho más tranquilo. Como los alumnos no se miran los unos a los otros, ello puede suponer que estén menos distraídos y, por lo tanto, estén más concentrados en hacer su trabajo.

En otro estudio, los investigadores descubrieron que tener las mesas en filas beneficiaba también a los alumnos con dificultades. Encontraron que, en comparación con cuando estaban en grupos, al estar en filas, sus comportamientos de estar focalizados en la tarea y el trabajo crecían desde el 35% al 70%. Los estudiantes se volvían también 3 veces menos disruptivos.

Esto puede permitir a los alumnos concentrarse más en su trabajo, llevando a un impacto positivo en su éxito académico. Para conocer más maneras de fomentar el buen comportamiento en tu clase, consulta este post.

Grupos

¿Qué pasa si el objetivo de tu clase es fomentar en trabajo en grupo? Bien, organizar a los alumnos en pequeños grupos fomentaría esto. Dentro de la revisión, los investigadores encontraron que cuando las mesas estaban en pequeños grupos, los alumnos tenían más tendencia a llevar a cabo lluvias de ideas y trabajaban mejor en las tareas de grupo. También hacían más preguntas, lo que es una habilidad muy útil de adquirir, dado que está demostrado que ayuda a las personas a aprender un tema más rápido.

Sin embargo, el que los estudiantes se vuelvan más interactivos, puede provocar que también se vuelvan más disruptivos. Con esta organización del aula, los alumnos puede ser que no miren directamente al profesor, con lo que la clase puede volverse más difícil de gestionar. Por lo tanto, esta organización de aula suele ser mejor para una clase que requiera más compromiso y fomente el trabajo en grupo.

Semicírculos / Forma de herradura

En esta organización de aula, las mesas se ponen en forma de 'U', y los alumnos se miran los unos a los otros, mientras que el profesor tiene la flexibilidad de poderse mover alrededor del aula. De modo similar a la organización en grupos, los investigadores descubrieron que esta organización fomentaba que los estudiantes estuvieran más implicados en la clase, llevando a cabo más preguntas.

Como muestra este estudio, esta organización de aula también tiene la desventaja de que los alumnos puedan distraerse más fácilmente. Sin embargo, a diferencia de cuando la clase está en pequeños grupos, la estructura de semicírculo permite que los estudiantes miren al profesor, facilitando que este pueda conseguir la atención del grupo. Por lo tanto, esta organización de aula es la mejor si se quiere fomentar más aprendizaje cooperativo pero también conseguir la atención de los alumnos.

En general, es importante basar la organización del aula en el tipo de tarea. Las filas pueden ser útiles si se quiere fomentar el trabajo individual e independiente, mientras que tener las mesas en semicírculo o grupos fomentará una clase más interactiva.

¿Quién se sienta al lado de quién?

Una vez que has decidido si organizar tu clase en filas, grupos o semicírculos: ¿Cómo se puede decidir dónde se sienta cada uno? ¿Deberíamos de dar a los alumnos la opción de elegir al lado de quién se sientan? Bien, al respecto, la investigación ha mostrado que cuando los alumnos eligen dónde sentarse, la disrupción es hasta 3 veces mayor a cuando se sientan en el lugar que ha elegido el profesor. Una razón de esto podría ser el hecho de que los alumnos tiendan a sentarse al lado de sus amigos, lo que los llevaría a hablar más y no centrarse en el trabajo académico.

Por lo tanto, ¿cómo organizarlo? En el pasado, algunos investigadores encontraron que cuando los alumnos están en parejas, tienden a esforzarse más si la persona al lado de la que se sientan trabaja bien y no se distrae, aunque se les pongan tareas diferentes. Una razón para esto podría ser el efecto de 'tirar del carro', por el cual las personas tienden a adoptar el comportamiento de aquellos que los rodean. Podría ser el resultado también de la necesidad humana de imitar a los que los rodean. Por lo tanto, si tienes a un alumno menos motivado, haz que se siente al lado de alguien que trabaja bien, y ambos deberían de verse empujados a dar lo mejor de ellos. Para saber más sobre esta investigación, puedes leer nuestro resumen del estudio.

¿Afectará esto a los resultados del alumno que trabaja más? Bien, según el efecto Köhler, es posible que pase lo contrario. En 1920, el psicólogo alemán Otto Köhler encontró que, cuando dos personas completaban una tarea juntas, el éxito individual del miembro más débil era mayor que si lo hubiera hecho por sí mismo. Así, aunque muchos profesores puedan preocuparse de que los estudiantes más flojos puedan perjudicar a los que tiran más, según este efecto, lo que harán los estudiantes con menos dificultades será inspirarlos y motivarlos. Esto generará que los alumnos con más dificultades trabajan mejor y tengan más éxito.

Tener a un estudiante más motivado sentado al lado de alguien que se distrae con facilidad se muestra como beneficioso no solo cuando se está trabajando en grupo, sino también cuando los alumnos están escuchando al profesor. En un estudio previo, los investigadores pusieron de forma estratégica a un alumno que prestaba más atención diagonalmente delante de otro alumno, y descubrieron que tomaban más notas. Ver simplemente a otro compañero concentrado, tenía como efecto tener mejor recuerdo de la información explicada durante la clase. Una posible explicación de esto es que tener delante de uno a alguien que presta atención anima a atender a la persona que lo observa. Por lo tanto, dentro del aula, sería mejor poner a personas que presten atención delante de alumnos que les cueste concentrarse.

Pensamientos finales

Los planes de distribución del aula suelen hacerse de forma habitual, pero la importancia que tienen y los parámetros que considerar suelen ser desconocidos. Organizar de manera estratégica dónde se sienta cada alumno en el aula, ayudará a que los alumnos den lo mejor de sí mismos.

También, no hay que tener miedo a reorganizar el aula según la tarea que se vaya a hacer, dado que en función de esta, una u otra organización permitirán a los alumnos dar lo mejor de sí mismos.

lunes, 1 de noviembre de 2021

Los peligros del competencialismo de la LOMLOE

Photo by Ben Mullins on Unsplash

Durante estas últimas semanas se han ido filtrando partes del borrador de la LOMLOE, en concreto, lo que será el currículum de las diversas asignaturas de la ESO, de Bachillerato... Lo que muestran las diversas filtraciones que van apareciendo es, cuanto menos, preocupante, especialmente por lo que se refiere a las enseñanzas mínimas y a los saberes básicos.

Estos debieran de ser en el nuevo currículum competencial esos conocimientos básicos que articularan y estructuraran el currículum, concretando qué se espera que sepan los alumnos en cada curso y cada etapa. Pero nada más alejado de la realidad. Como han ido mostrando algunas de las personas que sigo, esos 'saberes básicos' no van en esa línea, sino que son enunciados generales de ideas vagas que suenan bien. Uno de los primeros en dar la voz de alarma fue el tuitero Errati, que detallaba algunos datos del currículum de Geografía e Historia para la ESO en un hilo que rápidamente se hizo viral:

Una de las cosas que detallaba eran los saberes básicos de 3º y 4º de la ESO:

En la lista aparecen saberes tan 'básicos' de geografía e historia como:

- Los objetivos de desarrollo sostenible

- La sociedad de la información

- La cultura mediática

- Lo global y lo local

Y tantas cosas más... en serio, ¿no hay otros contenidos de geografía e historia más importantes para 3º y 4º de ESO? Sin ser un experto se me ocurren cuestiones básicas de geografía como el clima, la población, las dinámicas migratorias, las políticas económicas, el entorno natural y el agua... Y de historia hay tantos temas: la Revolución industrial, la Revolución francesa, la colonización, las guerras europeas, la crisis del 29... ¿En serio que esos enunciados generales son los 'saberes básicos'? Pero la cosa iba a más, porque Errati hizo diversas búsquedas de términos específicos en el currículum que dieron los siguientes resultados:

- Renacimiento: 0 veces en todo el currículum

- Género: 96 veces

- Ilustración: 2 veces (en concreto en el de Visual y plástica; es la acepción relacionada con ese ámbito)

- Edad Media: 1 vez

- Grecia: 0 veces

- Egipto: 0 veces

- Diversidad: 117 veces

- Resiliencia: 14 veces

- Sentimiento: 35 veces

- Libro: 2 veces

- Digital: 270 veces

- Humanismo: 1 vez en el currículum de Latín

- Ortografía: 0 veces

El mérito es de Errati, que hizo la búsqueda. No digo que la diversidad no sea un tema importante, o que la competencia digital haya que dejarla de lado, pero es inaceptable que el borrador de un currículum que se aplicará en breve tenga esta inconcreción. ¿Qué esperan que aprendan nuestros alumnos de Lengua, de Geografía o de Historia? Este documento me parece el modelo más claro de adonde nos está llevando el competencialismo, a un modelo en el que existirá una discrepancia total entre los diversos centros, en el cual el alumno dependerá de la buena voluntad, conocimiento y buen hacer del maestro, y de que las editoriales de libros de texto arreglen después el desaguisado. ¿Cómo vamos a saber si un alumno es competente o no si no se concretan de forma clara los saberes mínimos exigibles? Errati destaca que este problema lo adolecen especialmente las materias de letras, porque los borradores de Física y Química o de Biología no tienen este cariz, ya que se esbozan al menos los contenidos. ¿Han dejado quizás toda la concreción a las autonomías? No me parece la mejor opción, porque vamos hacia un modelo como el de los Estados Unidos, donde no existe un currículum común, lo que ha generado que cada estado tenga currículum totalmente diferente, siendo los principales perjudicados los alumnos.

Al cabo de unos días, hizo un análisis parecido sobre bachillerato, que os invito a leer:

Solo la lectura del primer 'descriptor operativo' de lo que se espera de un alumno cuando acabe la enseñanza básica y el bachillerato permite hacerse una idea de por dónde va el documento. ¿Cómo pueden poner prácticamente lo mismo como objetivo de las 2 etapas, dos enunciados totalmente generalistas? El resto del currículum, aunque un poco más concreto, va en la misma línea.

Algunos como Kike Guerrero dicen que las comunidades autónomas lo mejorarán, y que por primera vez el currículum pone las competencias por encima de los contenidos:


No puedo estar más en desacuerdo con él. En primer lugar, porque este currículum llevará a una disgregación cada vez más mayor entre lo que se enseña en cada centro educativo, y en segundo lugar porque, paradójicamente, como he comentado en otros artículos del blog, el mejor camino para llegar a ser competente en algo no es trabajar por competencias, sino desarrollar los bloques de contenidos siguiendo la lógica interna de cada materia, buscando que una vez aprendidos el alumno pueda aplicarlos. Pascual Gil nos compartía en este sentido un hilo sobre las competencias que vale la pena leer: 

Claramente, me parece que la ley no va bien encaminada. ¿Para cuándo un currículum que establezca de veras unos conocimientos y saberes básicos curso por curso, dejando de lado cuestiones ideológicas? Como habréis visto, el post de hoy es más una recopilación de intervenciones que me han parecido interesantes y de personas que vale la pena seguir en Twitter. Comparto aquí un artículo que escribí hace un par de años sobre este tema el aprendizaje por competencias, espero que sea de interés.