lunes, 2 de marzo de 2020

Los niños leen cada vez menos: un artículo de 'The Observer' para reflexionar

Photo by Gaelle Marcel on Unsplash


Me llegó ayer, a través de las redes sociales de Gregorio Luri, este artículo de 'The Observer' en el que se comentaba diversos datos preocupantes que se conocerán en un estudio que se publica este jueves: los niños están leyendo menos que nunca y solo una cuarta parte de los menores de 19 años lee cada día.

Ciertamente, son datos preocupantes; el hecho de que los niños de hoy en día lean menos y les divierta menos qua a cualquier generación previa debería de hacernos pensar y reflexionar.

Un primer aspecto sobre el que deberíamos de reflexionar es el del motivo por el cual los niños están leyendo menos que nunca. En las redes sociales, comentaba Gregorio Luri que nuestros alumnos leen hasta los once años. En el debate que seguía, diversas personas, entre ellas Eva Millet, Vítor Meirinho, comentaban en primer lugar el tema de la calidad de las lecturas. Nuestros alumnos leen, sí, pero en muchas ocasiones leen libros bastante insulsos, cuyo vocabulario no es especialmente complejo, y no salen de ahí: Gerónimos Stilton, Diarios de Greg... (y eso que estos, para empezar a leer, no están mal), si no caen en los libros de los Youtubers, estrellas juveniles de las series, Pokémons... Llega un momento en que el interés por estos libros decae, y el no haberse enfrentado a textos más complejos y ricos imposibilita que la gran mayoría intenten leer libros más exigentes. Aquí, uno de los grandes problemas, es que la mayoría de profesores de primaria y padres no son precisamente grandes lectores, y les faltan en muchas ocasiones el conocimiento, lecturas... para orientar a sus hijos o alumnos.

Pero no solo está este tema. Según el INE (2016), a los 10 años, 1/4 parte de los niños tienen ya un móvil. A los 11, este porcentaje sube al 50% y a los 12 ya son 3 de cada 4. ¿Cómo queremos que nuestros alumnos e hijos lean teniendo un miniordenador en su mano que, en muchas ocasiones, pueden usar cuando quieran? En este sentido, veo una clara correlación. Si les damos a elegir entre la comodidad de ver una serie de NETFLIX, Movistar+, HBO, Youtube, jugar a un juego, estar en las redes sociales o bien tener que leer un libro, la gran mayoría elegirán lo primero. ¿Por qué? Porque lo primero les es más cómodo, no les exige el esfuerzo de leer, de imaginarse cosas, solo necesitan estar de forma pasiva ante la pantalla y no solo eso. Las diversas apps, redes sociales, series... 'juegan sus cartas' para engancharlos. Los alumnos a esa edad y durante los siguientes años de la primera adolescencia no están preparados para tener un móvil. ¿Quieres que tu hijo deje de leer? Cómprale un móvil. A algunos esta postura podrá parecerles radical, pero si ya nos pasa a los adultos... Hagamos una pequeña reflexión: ¿leemos más hoy en día o hace unos años, cuando no teníamos tantos dispositivos móviles? La respuesta está clara.

Y de ahí que también decrezca el gusto por la lectura. Solo un 53% de los alumnos afirmaban disfrutar con la lectura. Y es una pena, porque hay innumerables ejemplos de que leer de forma habitual es uno de los mayores potenciadores intelectuales y personales para las personas. ¿Queremos que nuestros hijos y alumnos lean más? Tendríamos que empezar por hacerlo más nosotros, y cambiar quizás nuestra visión para con los móviles y lo temprano que les damos móviles, tabletas, consolas... a los alumnos. Otra cuestión que también se toca es la 'brecha de género'. Solo un 47% de chicos son buenos lectores frente a un 60% de chicas. Otro punto de reflexión que daría para otro post.

En este sentido, iniciativas como leer en voz alta a los hijos, leer en familia (como se propone en el artículo), pueden ser una gran forma de potenciar el gusto por leer.

domingo, 1 de marzo de 2020

Un apunte sobre algunas de las nuevas políticas educativas del gobierno británico



La situación del panorama educativo no es igual en todos los países europeos, como he podido comentar ya en alguna ocasión en el blog. En España, tengo la sensación de que vamos siempre como mínimos unos 5 años por detrás de otros países europeos.

Ayer leí una noticia sobre el Reino Unido que me llamó la atención. Y me llamó la atención porque sería inimaginable que, en España o en Cataluña, los representantes del Ministerio o la Conselleria de educación afirmaran algo parecido.

Gavin Williamson (aquí podéis escucharlo hablando sobre el tema) es secretario de educación del nuevo gobierno Tory, conservador, británico, y se publicaba que apostaba por una medida de choque de unos 10 millones de libras destinada a fomentar la creación de una cultura académica y de exigencia en los colegios, con medidas como la prohibición de los teléfonos móviles o el que exista un ambiente de silencio y tranquilidad en los pasillos.

Esta medida de Williamson busca extender al mayor número posible de escuelas medidas y una cultura de la exigencia que forma parte de los colegios tradicionales privados ingleses, pero que, quitando excepciones como Michaela Community School, no ha llegado a la mayor parte de colegios públicos o sostenidos por el estado británicos.

Si medidas parecidas las hubieran propuesto algún político o grupo político en España o en Cataluña, sería muy posible que hubiera ya una campaña en los medios contra ellos. ¿Nos damos cuenta, pero, de lo importantes que son? Es muchas veces en los pasillos, cuando no hay ningún profesor que pueda controlar, en el uso por parte de los alumnos del móvil en el colegio, cuando se acaban produciendo esas situaciones de acoso. Y son precisamente los alumnos con más dificultades, que quizás por su contexto socieconómico no tienen la suerte de tener un ambiente cultural y familiar tranquilo y rico en casa los que necesitan más que la escuela sea ese espacio culturalmente rico, exigente, donde puedan vivir y recibir experiencias de orden y de trabajo intelectual. 

Ya he comentado en alguna ocasión que yo, personalmente, aplicaría algunas de las políticas de Michaela Community School de forma diferente, pero en nuestro contexto son totalmente necesarias. Como comentaba hace unas semanas, somos uno de los países en los que cuesta más empezar a dar clase, y existen importante dificultades alrededor de la disciplina, de las expectativas, de cómo gestionamos las faltas de comportamiento, como se detalla en este artículo.

¿Tenemos un problema de disciplina en España? Sí, y aquí me gustaría recordar que por disciplina no entiendo el 'sancionar', sino el enseñar a alguien la forma correcta de hacer algo (en este artículo, escrito a partir de Teach Like a Champion de Doug Lemov, queda mejor explicado). Y en este sentido, falta coherencia y consistencia en las escuelas. Aspectos tan básicos como el escuchar a la persona que habla se están convirtiendo en algo raro, no solo entre los niños, sino entre los mismos adultos (pensad en cuántas conferencias de formación de profesores habéis visto a compañeros mirando el móvil en vez de escuchar). El no gritar, el mirar a la cara de la persona que habla, el ser responsable de las propias cosas y traer todo el material... O el tema de los teléfonos móviles. Difícilmente un adolescente lo va a utilizar para aprender, pero aun así hay discursos que plantean su uso, olvidando que lo que acabarán haciendo será ver vídeos, series, entrar en redes sociales o bien jugar... Solo hay que ver lo que acaban haciendo muchos adolescentes cuando quedan y todos tienen móvil.

En este sentido, tenemos un amplio camino que recorrer. Ojalá llegue el día en que tengamos unos responsables políticos que se preocupen realmente de los aspectos nucleares e importantes de la educación.