domingo, 13 de septiembre de 2020

Una reflexión para iniciar el curso: sobre el valor cultural y académico de la escuela

 

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Estamos a 14 de septiembre, a punto de empezar el curso 20-21, al menos en Cataluña. Durante este último mes, he preferido desconectar del blog y del debate educativo, que se ha centrado la mayor parte del tiempo en el COVID. He visto que, mientras tanto, el blog ha pasado de los 100.000 lectores. Gracias a todos.

Uno de los principales elementos de preocupación que tengo en esta vuelta extraña, es la visión de la escuela que se está transmitiendo desde los medios de comunicación. Cada vez se la etiqueta más como un espacio de 'conciliación', dejándose de lado la función cultural y académica, que es la principal. No digo que no sea importante el papel que juega para la conciliación familiar, que lo es, pero no debe de olvidarse cuál es su finalidad principal.

Mientras tanto, lo que escucho en los medios de comunicación, a veces es para salir corriendo. El otro día, tuve la mala suerte de escuchar una 'tertulia' en Catalunya Ràdio que iba en esta dirección. Todos los tertulianos se caracterizaban por ir en la misma dirección: despreciar la función cultural y académica de la escuela. Algunos de los tertulianos defendían que la escuela "ha de hacernos competentes para la vida". Sí, cierto, y para ello hay que saber lengua, matemáticas, ciencias, ingeniería... ¡el currículum que estudiamos! Otros afirmaban que hay que "aprender haciendo". Por supuesto: leer, escribir, escuchar, hablar... es hacer, pero sé que no lo decían en ese sentido, sino en el de que en educación ha de haber un movimiento constante, de niños haciendo cosas, sin plantearse si realmente hay aprendizaje y etiquetándose el escuchar o la lectura como "prácticas tradicionales".

Otra de las tertuliantes, Francina Martí, de Rosa Sensat, soltó: 'el currículum es la COVID'. ¿Cómo? ¿Realmente quieren estar todo el curso hablando del COVID en la escuela? ¿No se dan cuenta de que después de 6 meses los alumnos es lo que menos necesitan? Llevamos 6 meses de bombardeo constante de los medios de comunicación. Por supuesto que habrá que explicar las medidas de seguridad en el colegio: distancia, mascarilla, etc. y que habrá que seguirlas y exigirlas... pero decir que el currículum "es la COVID" me pareció cuanto menos desafortunado y la típica frase que queda bien. Otros afirmaron las típicas frases: "el currículum es la vida", "lo importante es acoger"... Sobre la primera, "el currículum es la vida", pues sí, siempre que se refiere a que en el currículum se estudia el conocimiento humano de la realidad: historia, ciencia, matemáticas, geografía... si se refieren a que el currículum ha de ser una imagen de las experiencias diarias del alumno, pues estoy en desacuerdo, porque no es igual la vida de un alumno de La Mina o el Raval que de otro de Sarrià y Sant Gervasi. ¿Y sobre la acogida? Pues sí, la escuela ha de acoger, pero la mejor forma de hacerlo que tiene es integrando al alumno y llevando a cabo su función académica y cultural.

La guinda ha sido encontrarme hoy una entrevista a César Bona en El Periódico:

-¿Por dónde empezaría este lunes?
-Yo pasaría absolutamente del currículum. ¡A quién le importan ahora mismo los contenidos!

-¿A los que sostienen que los niños ganarán un 1% menos a los 30 años?
-Mientras los economistas hablen de educación, los niños serán analizados en función de su utilidad en el trabajo. Hay que recordarles que no educamos a seres 'empleables', sino a seres íntegros. Pero es que, además, un reciente informe señala que las competencias que se requieren en el ámbito laboral son el trabajo en equipo, la resolución de problemas, la comunicación, la inteligencia emocional. Pero la inercia puede más que la valentía para cambiar el sistema.

¿Cómo que 'pasar absolutamente del currículum'? Pues a mí me importan, porque sé los alumnos que están creciendo en esta pandemia, se quedarán atrás en algunos aspectos, y de ahí que sea importante que los profesores lo demos todo para posibilitar que esto no sea así. Y lo siento, pero es el modelo que defiende él de 'competencias' vagas y generales el que, al fin y al cabo, se centra más en la empleabilidad. Es perfectamente compatible el apostar por una escuela académicamente exigente, que no reniegue de su función cultural y que tenga en cuenta a la persona de forma íntegra, acogiendo y atendiendo al alumno en esta situación de pandemia. Lo siento, pero ya va siendo hora de que gurús y personas que hace tiempo que no pisan un aula, dejen de demoler los pilares fundamentales de la escuela y de hacer que los que creemos en la función cultural y académica de la escuela parezcamos anticuados e irracionales. Una pequeña reflexión, para empezar un curso que será complicado.

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