jueves, 6 de diciembre de 2018

Sobre el valor del conocimiento y de la función transmisora de la escuela



Una realidad con la que me encuentro de forma cada vez más habitual es con el progresivo descenso de los conocimientos culturales de carácter general de los alumnos. Cuando hablo de conocimientos culturales de carácter general me refiero a todos aquellos conocimientos que forman parte de nuestro acervo cultural común y que nos ayudan a situarnos y a entender el mundo que nos rodea. En esta categoría incluiría conocimientos como:
- Los cuentos populares, las leyendas, las poesías...
- Conocimientos sobre el mundo natural: los tipos y categorías de animales, los dinosaurios, los tipos de plantas, las estaciones.
- El conocimientos de los principales referentes de la historia: la prehistoria, los egipcios, los griegos, los romanos, la edad media, los descubrimientos...
- El conocimiento de nuestro entorno geográfico: Cataluña con sus geografía física y política, España, Europa...
- El funcionamiento de las principales leyes físicas: ley de la gravedad, el sonido, la electricidad...
- El arte, la música...

Suele ocurrir que cuando explicas alguna cosa relacionada con la historia o con algún lugar geográfico, o si hablas de algún descubrimiento científico importante, hay bastantes alumnos que no son capaces de situarlo. ¿Por qué? Porque no tienen construido ese esquema de conocimiento general que les permite integrar y poner en contexto los diversos aprendizajes que llevan a cabo. 

Con el progresivo adelgazamiento del currículum, muchos de estos conocimientos han ido desapareciendo de nuestras aulas. Y si se trabajan suele ser de forma deslavazada y puntual, cosa que evita que gran parte de los alumnos sean capaces de aprenderlos y de hacerlos suyos. Esto sitúa a algunos alumnos en clara desventaja ante sus compañeros, especialmente a aquellos que no tienen la suerte de tener un ambiente sociocultural en casa que los potencie y pueda cubrir las posibles carencias. Para situarse en el mundo con garantías de poder afrontar los diversos retos es fundamental el tener toda una 'red' de conocimiento básico general, y esta finalidad académica es una de las principales finalidades y responsabilidades de la escuela con la sociedad. ¿Posibilita esto nuestra escuela?

En los últimos tiempos he podido asistir a una interesante representación sobre los dinosaurios en la que se hablaba sobre las diversas épocas, etc.; he ido también a un museo de Arte. En ambos casos había muchas familias con niños participando de la actividad y esto me alegró, pero también pensé: ¿Qué será de aquellos alumnos que no tienen la suerte de poder asistir a lugares así si la escuela no se lo ofrece? ¿Y de aquellos que no disfrutan de una buena cantidad de libros en su casa? ¿Y con aquellos que no tienen conversaciones de nivel, en un registro culto, con sus padres que les ayuden a crecer?

Necesitamos una reforma del currículum orientada a concretarlo y secuenciarlo, que vaya a lo básico y fundamental. Y para ello es fundamental primero tener claro que existen una serie de conocimientos culturales comunes que son valiosos y que vale la pena transmitir. Aquí está uno de los grandes problemas de la escuela, el que se ha atacado y dudado de forma sistemática de su función transmisora. ¿Dónde están toda esa serie de conocimientos culturales, científicos, literarios, históricos... que nos ayudan a situarnos en el mundo y comprenderlo?

No nos damos cuenta, pero tengo la sensación de que con el nuevo currículum por competencias vamos cayendo poco a poco en utilitarismo y se da menos importancia a aquellas materias que no tienen una utilidad práctica inmediata como pueden ser la literatura, la historia, el arte, la filosofía... Pongamos el caso del estudio de la lengua. Cada vez existe más la tendencia a centrarse en el trabajo de la comprensión lectora, de la escritura, de la comunicación oral. Todos ellos son procedimientos fundamentales que es necesario que la escuela enseñe, pero... ¿Dónde queda el trabajo de la literatura en primaria? ¿Y el de la gramática? O el caso del conocimiento del medio: si se conoce el nuevo currículum por dimensiones que hay en Cataluña se ve claramente que la historia, la geografía... han perdido gran parte de su presencia. ¿Es importante la aplicación práctica de lo que se aprende? Sí. ¿Es importante trabajar la aplicación de conocimientos a nuevas situaciones? Sí. Pero uno de los peligros del nuevo currículum por competencias es que se deje de trabajar aquello que no tenga una finalidad inmediata práctica. Hay cosas que quizás no tienen un valor inmediato, pero si a largo plazo, ya que ayudan a construir nuestra base cultural.

Y como he dicho, habría que concretar. ¿Por qué no tenemos claro un mínimo de obras de narración, de teatro, de poesía, de fábulas... para cada curso? ¿Cómo puede ser que no tengamos claras qué obras literarias en las diversas lenguas es valioso conocer desde bien pequeños? ¿Y por qué no se aprende historia desde las primeras edades? ¿No tenemos claros una serie de hechos y referentes históricos que todo alumno debería de conocer? ¿Y en el caso de la música? ¿Y en el del arte?

Pongo como ejemplo 2 imágenes de la secuencia curricular del Core Knowledge:



Son son los títulos de los diversos temas, pero una observación a aquello que se aprende desde los primeros cursos nos permite constatar que es un currículum muy diferente del nuestro. Tengo dos de los libros que recogen el currículum de algunos de los cursos Core Knowledge y realmente vale la pena.

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