martes, 14 de noviembre de 2017

El gusto por aprender



Una de las cosas con las que se encuentran los sufridos profesores de secundaria es que gran parte de sus alumnos no parece que disfruten de los aprendizajes escolares. Y los mensajes que les llegan de los medios públicos, de las redes sociales... son, en cambio, que el aprendizaje ha de ser 'divertido', que los alumnos tienen que 'pasárselo bien'. Esto provoca que muchos entonces se preocupen y piensen que están haciendo algo mal, que no puede ser...

Si además uno se aventura a escribir en Google 'primary school' y 'love of learning', le aparecen decenas de resultados y de todos los tipos. Parece que en todas las escuelas de primaria se 'infunda' ese 'amor por aprender', y que se haya convertido en uno de los grandes objetivos de la educación: 'disfrutar aprendiendo'. En cambio, cuando pasan a secundaria, parece que ese disfrute desaparece. Pero... ¿Es algo objetivo? ¿Existe alguna evaluación de ese 'pasárselo bien al aprender'? ¿Es un problema de que en la educación secundaria se hacen muy mal las cosas y se está dejando pasar a generaciones de alumnos que solo esperaban un poco de motivación de los profesores? Yo creo que no.

Cuando estaba en primaria, me encantaba comer, alzar el abrigo en un día ventoso para que el aire me levantara, utilizar la grabadora, la lectura tranquila y silenciosa, las matemáticas. Era (relativamente) bueno en todas estas cosas. ¿Una coincidencia? Me parece que no. Si lo miro desde el ángulo contrario y pienso en lo que no me gustaba - bailar, el pádel, las conversaciones vacías sobre el tiempo y los sentimientos - era un negado en esas cosas.

Plantéate un interesante test de autoevaluación: ¿Te gustan, disfrutas, te encantan... las cosas en las que eres bueno? ¿Y no odias aquello en lo que no lo eres? Seguramente compartirás entonces conmigo la reflexión de que 'seguramente uno solo puede disfrutar aprendiendo si uno es bueno aprendiendo'. ¿Qué viene entonces primero? ¿El 'ser bueno en' o el 'disfrutar con' ello? Todas esas actividades que nos gustan, ¿nos gustaron desde el principio, cuando eramos principiantes? Yo en particular, no disfrutaba al principio con la grabadora o la lectura, que era muy frustrante y costosa al principio; pero hubo gente que me fue moviendo hasta que algo hizo un 'clic' en mí y me convertí en un lector fluido, cosa que me permitió empezar a disfrutar de la lectura.

Por ello, iré más allá, afirmando que el 'amor' por algo solo se desarrolla con el paso del tiempo y después de que te hayas vuelto relativamente bueno en ello. ¿Recuerdas el aprender a ir en bici? Al principio cuando te caes, no es muy divertido... Cuando dominas y bajas una buena trialera, sí. ¿Un 'amor duradero y para toda la vida por el aprendizaje' significa que los niños elegirán estudiar y aprender, incluso fuera del colegio? Ese tipo de chicos son escasos, pero lo que parece que los une en primer lugar es que son lectores expertos: tienen fluidez lectora, y por fluidez no me refiero solo al típico 'leen todas las palabras de forma precisa', sino al hecho de que leen también rápido y comprendiendo (son capaces de representarse una imagen de aquello que leen en su cabeza), a través de la entonación.

¿Cuántos niños de 6º de primaria son, realmente, lectores fluidos? No muchos. Ser bueno 'aprendiendo' significa ser capaces de concentrarse y de practicar sin distraerse. De nuevo, ¿cuántos alumnos que conozcas serían capaces de elegir concentrarse? Y aquí llegamos al quid del asunto. Si las escuelas de primaria quieren, de veras, 'despertar un amor por el aprendizaje que dure para toda la vida', necesitan conseguir que los niños se vuelvan buenos en aprender, y el buen aprendizaje tiene una serie de elementos que lo caracterizan:
- Buenos lectores (fluidez, entonación, velocidad, comprensión...).
- Tener un amplio repertorio de vocabulario y de conocimiento básico que les permita preguntar en las clases.
- La habilidad de concentrarse y de trabajar de forma intensa.
- El respeto por la autoridad y las personas que tienen conocimiento que tenga que ser compartido, así como el respeto por todas las materias.

Si queremos ser honestos de verdad, hay que reconocer que el camino hacia ser buenos aprendiendo, será arduo para la mayoría de alumnos. Hay que preguntarse: ¿esto se conseguirá con objetivos como 'proveer al alumno de entornos y actividades estimulantes', 'facilitar la creatividad', 'dar a los niños oportunidades de elegir', 'hacer el aprendizaje divertido'? Algunas de estas medidas y recursos, puede que ayuden un poco, pero necesitamos más bien objetivos como: 'nada nos detendrá en el objetivo de que tu hijo sea un buen lector'. Por lo tanto, el camino real para despertar el gusto por aprender es la buena enseñanza y unas altas expectativas.

Traducción personal y adaptada del artículo:
https://thequirkyteacher.wordpress.com/2017/11/11/the-real-way-to-instill-a-love-of-learning/

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