Hace unas tres semanas en El Confidencial se publicó un artículo en el que se resumían las 'recetas' que propuso Andreas Schleicher, director de Educación de la OCDE, en un desayuno informativo en Madrid.
Leyendo las propuestas, me encontré con ideas contradictorias e incluso absurdas, cosa que me preocupó. Schleicher empezaba pidiendo que el sistema educativo español desarrollase un nuevo sistema de instrucción en el cual 'se traspasasen las fronteras de las asignaturas'. Se debía de referir a implementar el aprendizaje basado en proyectos, haciendo que desaparezcan las diversas áreas. Hoy por hoy, no existen evidencias de ningún sistema educativo en que se haya implementado esta propuesta y hayan tenido resultados positivos. No es lo mismo aprender ciencias naturales que matemáticas, ciencias sociales o lengua.
Claro que las diversas áreas tienen aspectos en común, pero para desarrollar un conocimiento profundo de cada una de ellas es necesario aprender sus conocimientos específicos. No está claro que se produzca siempre y en toda ocasión la transferencia de una habilidad o estrategia metacognitiva de una situación a otra: alguien puede saber mucho de ciencias y saber ser crítico y creativo en ese área, pero ello no implicará que sea creativo y tenga pensamiento crítico en historia, por ejemplo. Si se refería al uso del aprendizaje por proyectos en las diversas áreas, es algo que se puede plantear, pero sobre lo que falta todavía investigación (http://unestelalalba.blogspot.com.es/2017/07/tradicion-y-progreso-en-educacion-x-el.html).
Afirmaciones como 'Los alumnos tienen que pensar como historiadores, científicos o filósofos, todo al mismo tiempo', se desacreditan por sí solas. Para pensar como un historiador, hay que saber mucho sobre historia; para pensar como un científico, sobre ciencia... Y pasa lo mismo con todas las áreas del conocimiento. Existe una cultura general que es importante que todo ciudadano tenga y que permite que todos tengamos unos conocimientos básicos y fundamentales sobre la realidad, que nos permiten ser mínimamente críticos y responsables en nuestra vida social pero, paradójicamente, cargándonos las asignaturas, es muy difícil que los alumnos los adquieran, ya que son el mejor instrumento para posibilitarlo.
Sorprenden las propuestas que plantea a continuación: 'La clave del éxito se encontrará en convertirse en un especialista de algo en muy poco tiempo'. Me pregunto cómo quiere hacerlo. Para convertirse en un especialista hacen falta tiempo, esfuerzo, conocimientos... Por supuesto que tenemos que estar en continua formación y ser capaces de 'reciclarnos', de aprender nuevas habilidades, pero ser 'especialista de algo en poco tiempo', no es posible. Es como si yo quiero convertirme ahora en 'especialista del fútbol'. Quizás llegue a hacer un par de buenos regates, pero a los 30 años que tengo difícilmente llegue a la 1ª división. No comparto tampoco que diga que ya no son importantes los especialistas. Sí que lo son: los cirujanos y dentistas en la medicina, los logopedas o foniatras en educación, los investigadores, por ejemplo, en el ámbito médico de la cura cáncer (que tiene que ser especialistas con profundos conocimientos de toda la investigación...). ¿Que tiene que haber gente capaz de interpretar el marco general? Sí, pero no es lo único.Luego habla de 'emponderar a los docentes, incluyéndoles en el cambio porque si no este no se producirá' y dice que 'España... ha prestado poca atención a que la docencia sea un trabajo intelectualmente atractivo'. Por supuesto que los docentes han de ser los principales protagonistas de la mejora educativa, pero resulta paradójico que lo afirme el representante de una organización que se caracteriza por difundir e intentar implementar ideas que se caracterizan por su escasa base y evidencia de resultados. Recomiendo la lectura del artículo sobre el último informe PISA, en el que se podían ver estas incoherencias: http://unestelalalba.blogspot.com.es/2016/12/informe-pisa-2015-un-apunte-sobre-las.html. Muchos docentes pedimos que nos respete y poder ejercer una profesión intelectualmente atractiva, pero las sucesivas reformas van en el sentido contrario...
Y nos compara con Shangai, en donde la formación docente tiene un papel fundamental, así como la exigencia social, el valor que se da al conocimiento y al esfuerzo. ¿Se da cuenta de que ha empezado proponiendo lo contrario?
No hay comentarios:
Publicar un comentario