domingo, 30 de septiembre de 2018

Sobre filosofía de la educación (IV): Las dos grandes corrientes



Volvemos con otro post, en este caso sobre filosofía de la educación. Actualmente en el confuso panorama educativo en el que nos situamos podríamos afirmar, con sus matices, que existen 2 grandes corrientes de pensamiento de fondo las cuales es importante al menos conocer sobre cómo es el mundo y su cognoscibilidad por parte del hombre.

Una la conformaría el realismo educativo. El realismo educativo confía en el alcance y en las posibilidades de la razón humana en todas sus dimensiones. Hunde sus raíces en el pensamiento clásico de Sócrates, Platón y Aristóteles y es la cuna del pensamiento occidental. Los realistas consideran que el mundo es básicamente como aparece ante nosotros, y cree en la capacidad de la razón humana para conocer de forma objetiva aquello que nos rodea. Lo que percibimos como un árbol, una montaña, un perro... es lo que objetivamente es. Cuando aprehendemos la realidad lo hacemos conociéndola como esta realmente es. 

Como se ve, los realistas creen que el mundo existe independientemente de la mente humana y que es cognoscible por ella. Por supuesto que se puede profundizar en el conocimiento sobre el mundo, y que existen leyes físicas, biológicas... que puedan contradecir la experiencia a primera vista, pero confían en las posibilidades del conocimiento humano. El realismo educativo valora la importancia de que las humanidades y las ciencias vayan a una, como un conocimiento global del mundo y del hombre, y va desde la filosofía natural a la metafísica. El corpus cultural se ve como algo valioso, que vale la pena transmitir a la siguientes generaciones. Hasta finales del siglo XIX esta fue la corriente predominante en educación: la 'educación clásica'.

La otra corriente la configuraría el constructivismo, entendido como filosofía. Aquellos que toman esta postura en su versión más radical niegan la existencia de una verdad y de una realidad objetiva. Para el constructivismo radical, cada uno tiene y se construye su verdad, pero no existe una realidad externa objetiva. Este planteamiento se caracteriza por el inmanentismo: todo es discutible y no podemos estar seguros de conocer nada realmente. Esta postura tiene su origen en planteamientos como el idealismo de Hegel, para el cual no podemos tener certezas acerca de nuestro conocimiento del mundo. Otros pensadores como Jean Jacques Rousseau también participarían de esta visión y, ya en el siglo pasado, John Dewey fue uno de los principales receptores de esta filosofía, que extendería en todo el ámbito de la educación progresista.

Cuando uno parte del constructivismo filosófico, no se reconoce que exista una realidad independiente cognoscible por el hombre, la cual pueda ser conocida de forma objetiva y de forma ajustada a la realidad. Esto acaba siendo un carga de profundidad para el pensamiento humanista, y para todo el amplio corpus de conocimiento cultural, filosófico, literario, científico del que gozamos, ya que los importante acaba siendo exclusivamente la versión que se construya cada uno. Solo se acaba valorando la experiencia subjetiva.

Son dos corrientes con amplios matices, y que habría que confrontar con otras cuestiones como la visión que se tiene de la persona, de la sociedad... pero ya son suficientes para una cierta reflexión. 

Bibliografía:
- https://heightsforum.org/series_title/bring-back-reason/

jueves, 27 de septiembre de 2018

Sobre la disciplina, el comportamiento y la gestión de aula



Llevo un tiempo leyéndome el interesante libro 'Teach like a Champion' de Doug Lemov. Es un manual que vale la pena conocer que recoge toda una serie de estrategias y técnicas didácticas que usar en el aula. Si se quiere saber cómo llevar a cabo de forma efectiva la instrucción directa explícita en el aula, es una de las mejores referencias (tiene ediciones en inglés y en castellano).

Hoy quiero comentar y precisar 5 conceptos que Doug Lemov define en el libro alrededor de la disciplina y que acostumbramos a malinterpretar, confundir o a ver de una forma negativa, todos ellos relacionados con la cultura y gestión del aula:

- Disciplina: cuando la mayoría de la gente habla de disciplina, acostumbra a utilizar la palabra como un verbo sinónimo de castigar: 'He tenido que impartir disciplina'. Este es un sentido erróneo. Es mejor utilizarla como un nombre, que indica el proceso de enseñar a alguien la manera correcta de hacer algo.

Este significado nos recuerda que lo que es realmente la disciplina es enseñar; el enseñar a los alumnos la manera correcta y exitosa de hacer las cosas. Sorprendentemente, muchos maestros se olvidan de este elemento que es uno de los fundamentales de nuestra profesión. Esperan enseñar el contenido pero no los hábitos necesarios que permiten ser un estudiante y un miembro de la comunidad educativa exitosos. Incluso ponen sistemas de premios y consecuencias para seguir a los estudiantes, pero olvidan que los alumnos quizás no saben el cómo hacer las cosas que los profesores queremos que hagan o que les pedimos.

Un ejemplo: 'Escuchad', 'Prestad atención'. Son dos frases que habitualmente diremos, pero... ¿hemos explicado a los estudiantes qué significan? ¿Saben que para escuchar hay que estar sentado con la espalda recta, sin nada en las manos, mirándole a la cara? Muchas veces no hemos trabajado estos pequeños hábitos y, sin embargo, esperamos que los hagan. Y como este hay muchos otros aspectos: ¿cómo se sentarán los alumnos? ¿Cómo se funciona por los pasillos? ¿Y en el comedor? ¿Cómo entrarán en clase? ¿Cómo tomarán apuntes? ¿Cómo podrán mostrar su disconformidad de forma respetuosa? Esto requiere mucho trabajo y enseñanza explícita. Y tenemos que ser conscientes de ello.

- Gestión de la conducta: la gestión de la conducta o del aula es, por contra, el proceso de reforzar la conducta a través del uso de consecuencias y recompensas. Muchas veces aquello que definimos como 'disciplina' es, en realidad, gestión del aula, que haya consecuencias. Las clases efectivas necesitan sistemas de gestión del aula, pero como este es el elemento que a corto plazo se ve de forma más clara, es fácil caer en no ver la relación de este elemento con los otros cuatro y las limitaciones que tiene.

La gestión del aula puede hacer que una clase funcione y trabaje de forma directa y eficiente, pero no se sostendrá si los otros elementos de la cultura escolar. Sin ellos, la mera gestión del aula se acaba desgastando. Cuanto más usamos la consecuencias (castigos, etc) tanto positivas como negativas, menos efectivas son (aunque tienen que existir y usarse). Tenemos que evitar tanto sistemas escolares en los que no haya consecuencias (tanto positivas como negativas) como aquellos en los que la escuela y los profesores confíen en exceso en el refuerzo positivo o negativo externo de la conducta, que acaba desmotivando a los mismos alumnos.

Para tener éxito, la gestión del aula y de la conducta tienen que ir con los otros elementos. Hay que empezar por enseñar a los alumnos cómo hacer las cosas bien antes de establecer consecuencias por si se equivocan. Y luego hay que ser capaz de controlar a los alumnos, involucrándolos de forma positiva en el trabajo, y construyendo relaciones personales con ellas que no impliquen consecuencias o castigos, que les demuestren que nos preocupamos por ellos como personas.

- Control: es la capacidad de hacer que alguien haga lo que le pides, independientemente de las consecuencias. Hay mucha gente que no ve bien esta palabra. Les suena a algo antidemocrático, coercitivo. Sería especialmente inadecuada en el caso del maestro, porque enseñar es ayudar a los demás a pensar por sí mismos...

Sin embargo, hay que contextualizar un poco. Todos ejercemos un cierto control en las personas con las que nos relacionamos. Y en el caso de los maestros, esto es algo bueno: un maestro confía en que los alumnos que tiene se leerán la lectura que les pida, luego le harán preguntas, se respetarán entre ellos, trabajarán duro.

El control no implica que no haya decisión por parte de las personas a las que pedimos que hagan algo. Ellas siguen eligiendo. El control simplemente implica preguntar las cosas de forma que sea más fácil que las hagan. No es lo mismo pedir las cosas gritando en clase que con un tono de voz amable y mirando a los ojos, acompañándolo de un 'Por favor'. La principal paradoja del 'control' es que acostumbra a dar soporte a la libertad: pongamos el caso de un padre que puede empezar a dejar ir solo a su hijo pequeño porque sabe que cuando le diga 'para' antes de un paso de cebra, lo hará.

Los maestros que tienen un control fuerte son exitosos porque entienden el poder del lenguaje y de las relaciones: piden las cosas de forma firme y confiada, respetan al alumno y suelen ser amables. Expresan su fe en la habilidad de los estudiantes para responder a las expectativas. En vez de decir 'tranquilos', saben precisar: 'sentaros y poneros a escribir la redacción'. Esto permite que puedan retrasar para cuando es realmente necesario el uso de las herramientas de 'gestión de aula'.

- Influencia: idealmente, todos los profesores querrían conectar con sus alumnos e inspirarlos. Influenciar es el siguiente paso al control. Influenciar es conseguir que internalicen las cosas que les pedimos. Aunque es menos visible que conseguir que los alumnos se 'comporten', conseguir que vean necesario y quieran portarse bien es necesario para el éxito a largo plazo y una cultura de aula sana.

Al principio puede no parecer necesaria, pero a la larga el tener esta capacidad de influencia acaba siendo importante. Tenemos que conseguir que los estudiantes valoren que la existencia de una cultura de aula positiva los beneficia en primer lugar a ellos.

- Compromiso: una de las razones más habituales de una cultura de aula pobre en una clase insípida. Tenemos que dar a los alumnos clases exigentes, en las que se vean movidos a trabajar de forma intensa, a tener que contestar preguntas, a participar, a estar concentrados. ¿Participan y hacemos que trabajen en nuestras clases? ¿Tienen trabajo durante toda la clase, o hay momentos en los que se pierde el tiempo? ¿Les pedimos que el trabajo que hagan sea siempre bueno?

Como se ve, son 5 conceptos que vale la pena tener claros, y que pueden servir de herramienta diagnóstica. ¡No los olvidemos!

Fuente:
Teach like a champion, de Doug Lemov

sábado, 22 de septiembre de 2018

Entrevista a una figura que va a contracorriente: Katharine Birbalsingh, directora de Michaela Community School


En alguna otra ocasión he comentado en el blog la experiencia de Michaela Community School, una escuela de secundaria del Reino Unido la cual, en un barrio de una zona desfavorecida de Londres, ha conseguido unos grandes resultados aplicando ideas y métodos educativos que van, en cierta medida, a contracorriente.

El otro día me llegó a través del Twitter de @martinidemar (Berta García de la Vega) esta interesante entrevista a su directora: si tenéis algo de tiempo, vale la pena verla (está en inglés). Katharine Birbalsingh es neozelandesa, hija de padre neozelandés y de madre jamaicana, y fue la principal impulsora de la escuela. Se formó en el sistema educativo inglés y algo que le llamó la atención desde el principio fue que en el mundo educativo anglosajón es difícil encontrarse con lo que ella llama 'valores conservadores': responsabilidad personal, perseverancia, competitividad...

Como explica en la entrevista, desde que entró en educación, vio que había cosas que no funcionaban: faltas de respeto, bajas expectativas con los alumnos de contextos socioeconómicos desfavorecidos, el poner etiquetas para justificar el fracaso escolar de determinados alumnos (por ser de familias inmigrantes, de familias de madre soltera...). Y empezó a escribir un blog. En seguida le llamó la atención que hubiera personas que, por comentar la situación de la educación inglesa, explicar lo que no funcionaba... la acusaran de conservadora, ya que ella se consideraba y se considera liberal y progresista en muchos aspectos sociales.

Un poco más adelante hizo un discurso en la convención conservadora en la que criticó la ideas comentadas ante: las bajas expectativas, la cronificación del fracaso escolar.... y la importancia de trabajar a fondo, de cambiar las ideas y de no excusarse en el contexto familiar. Fruto de esta intervención, al cabo de poco tiempo tuvo que renunciar al trabajo que tenía en el sistema público por la presión que se levantó en su contra. A pesar de ello, recibió miles de correos dándole las gracias. Con ciertas dificultades, consiguió el apoyo y recursos necesarios para organizar la Michaela Community School, que ha demostrado un gran éxito.

¿Cuál era su objetivo? Conseguir para todos escuelas que ofrecieran igualdad de oportunidades; que posibilitaran que todos los alumnos, independientemente de su extracto social y situación familiar, tuvieran éxito. Poco a poco, la escuela ha ido asentándose y tiene cada vez más alumnos, recibiendo visitas de profesores de todo el mundo.

¿Qué ideas defiende?
a) El valor de la autoridad, de estar al cargo, para posibilitar un ambiente educativo sano y que permita el aprendizaje.
b) El valor del conocimiento. Para desarrollar el pensamiento crítico es fundamental el conocimiento. Defiende la existencia de una serie de conocimientos comunes.
c) El autocontrol, como elemento que nos hace libres.
d) La importancia de tener altos estándares de comportamiento: esperar que el alumno escuche al profesor, a los compañeros, que se respeten unas normas...
e) Critica también el uso de smartphones en las escuelas, como un elemento que distrae al alumnado y estropea la convivencia.

En fin, quien quiera saber más puede escuchar la entrevista. Me parece interesante reflexionar sobre el hecho de que habría que evitar etiquetar como conservadoras o progresistas a las diferentes ideas educativas. Defender una educación basada en el conocimiento, en la que se respete el principio de autoridad... no debería de ser considerado 'conservador' en el sentido político del término.

Las ideas y metodologías educativas tendrían que ser valoradas en función de su efectividad y resultados, no tanto de la etiqueta que se les pone.  Para los alumnos de contextos socieconómicos desfavorecidos, por ejemplo, es fundamental el que se tenga de ellos expectativas altas, que se les pueda ofrecer toda la base de conocimientos, culturales, científicos... que por su contexto familiar quizás no pueden conseguir. ¿No es esto lo más progresista? Personalmente no comparto quizás todos los modos e ideas que defiende, pero es un referente que tendríamos que tener en cuenta.

martes, 11 de septiembre de 2018

Tradición y progreso en educación (XXV): Sobre las últimas declaraciones de la ministra Celaá




La semana pasada la portavoz del gobierno socialista y ministra de educación, Isabel Celaá, realizó dos declaraciones que me parece interesante comentar: una sobre el currículum educativo y la otra sobre el uso de los móviles.

Me gustaría empezar por la primera. Sobre el currículum, afirmó:

"El desafío de la educación en 2018 no es aumentar aquellos contenidos cuyo aprendizaje es memorístico, para ello ya tenemos Google y las redes. Queremos incorporar elementos que requieran al alumnado un proceso de aprendizaje para hacer significado, una escuela más flexible, moderna, que sepa hacer que el estudiante aprenda aprendiendo, a tener destrezas y desarrollarse en el mundo en el que le va a tocar vivir, distinto de aquel en el que está aprendiendo. Hacer clases más prácticas y conectadas con la vida real, que son, en definitiva, los requerimientos que muchas veces establece Pisa."

Son declaraciones ciertamente preocupantes, porque: ¿Existe algún tipo de contenido cuyo aprendizaje no sea memorístico? Solo se aprende aquello que deja algún residuo en la memoria. ¿Cómo puede ser posible entonces el aprendizaje no memorístico? Quizás se refiere a que quiere que se deje de utilizar la memorización 'en plan loro', pero... ¿realmente se cree que esta sigue siendo la mayoritaria y un problema real en nuestras aulas?

Luego está la afirmación de que '...ya tenemos Google y las redes'. ¿Cómo recurre al mito educativo de que en la era de Internet no es necesario conocer cosas? ¡Si esto es falso! Precisamente, en la era de Internet y de Google se hace todavía más necesario el disponer de conocimientos valiosos de historia, de geografía, de ciencias, de lengua... que nos permitan conocer, comprender y situarnos en el mundo. Precisamente es la falta de conocimientos la que impide el desarrollo del auténtico pensamiento crítico.

¿Por qué no se centran, por contra, en trabajar bien el currículum? Sería clave secuenciarlo bien, concretarlo un poco más... Es un ámbito en el que tenemos todavía mucho ámbito de mejora, ya que estamos muy lejos del currículum de países como Singapur, China... que lo revisan y trabajan de forma habitual. Luego está el tema del 'mundo cambiante'. Sí. En 20 años cambiarán cosas, pero serán muchas más las que permanezcan. Y la experiencia demuestra que conocer el mundo actual y nuestro pasado es lo mejor para prepararse bien para el futuro. Precisamente, los países que trabajan más el currículum son los que mejor responden en PISA, y esa no parece que sea la dirección en la que apunte la ministra.

Luego vienen las declaraciones sobre el móvil:


La vuelta al cole en Francia conlleva la prohibición del uso de móviles hasta los 15 años en los centros. ¿Se plantea el Gobierno una iniciativa similar?


Es una cuestión interesante y a estudiar porque tenemos demasiados adolescentes muy adictos a la tecnología. Hay que reflexionar sobre si el tiempo escolar debe estar libre de esa adicción. Hemos encontrado opiniones fuertemente encontradas. Lo vamos a estudiar con expertos. En algunos casos el móvil ayuda -no suelen llevarlo a los exámenes, solo faltaba-, pero si prohibirlo en los centros sirve para disminuir la adicción digital, merece la pena valorarlo.

En este caso, me parecen unas reflexiones algo más acertadas y convenientes. La cuestión de la adicción a la tecnología está cada vez más presente en el ámbito social y es un debate que hay que afrontar. Dejar claro y establecer una serie de espacios en los que el uso de el móvil no está permitido es también educar. ¿No se prohíbe, por ejemplo, el hablar por teléfono o mirar el Whatsapp mientras se conduce? ¿No está prohibido el uso del móvil cuando despega un avión o en el cine? ¿No hay también muchas familias en las que se pone la norma de no mirar el móvil en la mesa?¿Y por qué se hace? En el primer caso, porque supone una distracción y esto incrementa el riesgo de accidentes. En el segundo, en un caso por seguridad y en el otro porque distrae y empeora la experiencia. En el tercero, porque se quieren fomentar las relaciones familiares. ¿Acaso es ir 'contra el progreso' el que se prohíba su uso en estas situaciones? 

Sinceramente, defender que el smartphone es una herramienta de aprendizaje me parece una posición muy poco realista. ¿Realmente nos creemos que los alumnos usarán el móvil para 'trabajar'? ¿Teniendo a un clic Youtube, Snapchat, Instagram, el Fortnite o el Candy Crush? El esfuerzo que supone controlar que no haya distracciones prácticamente elimina todo posible beneficio educativo. Tengo la sensación de que los que defienden el uso del móvil en clase desconocen qué es lo que hacen realmente con ellos los alumnos y las problemáticas que generan. Otro punto a discutir sería la conveniencia de dar un smartphone a un menor de edad. 

Rápidamente, el conseller Bargalló respondió a la ministra de educacion:


"En Catalunya, que somos gente más avanzada a veces en algunas cosas, tenemos un dictamen del Consell Escolar de Catalunya del 2015 sobre el uso de la tecnología móvil en el aula", señaló. "Por motivos didácticos y pedagógicos, el uso del móvil consideramos que es positivo y que ha de ser regulado por cada centro docente. Nosotros somos contrarios a prohibir y a dar la espalda a los progresos tecnológicos, y somos favorables a utilizar los avances tecnológicos para mejorar la escuela"

¿Cómo que somos gente 'más avanzada' en Cataluña? ¿A qué se refiere con esta afirmación? ¿Es avanzado dejar que los alumnos usen el móvil en clase, en el patio, que no presten atención? ¿En qué somos más avanzados? 

Luego viene el 'somos contrarios a prohibir y dar la espalda a los progresos tecnológicos'. ¿Estamos dando la espalda al progreso tecnológico cuando decimos que mientras se conduce no se mire el Whatsapp? No. Simplemente pasa lo mismo con el móvil. La escuela es un espacio de aprendizaje y de socialización, y en ella se permitirán aquellos instrumentos que faciliten esos objetivos. Porque no se permita usar el móvil en el aula, no se 'da la espalda al progreso tecnológico'. ¿Es Singapur, el país que se pone como modelo últimamente, un país 'retrasado' (En Singapur están prohibidos en muchas escuelas y son retirados a veces entre 3 meses y un año)? ¿Y Corea, que tiene una política similar? Ya utilizarán el móvil posiblemente en casa; ¿hace falta que también lo hagan en la escuela? ¿Nos hemos planteado si ayuda realmente con el objetivo principal de la escuela, que es el aprendizaje? 

Deberíamos, por contra, plantearnos el trabajo de la tecnología, de la informática... que se hace en las escuelas. Cada vez son más los alumnos universitarios que los ves escribir en el ordenador y solo saben usar uno de los dedos, por ejemplo. ¿Saben nuestros alumnos también el cómo funciona un circuito eléctrico, el lenguaje de programación, el utilizar un programador de textos, el comparar fuentes de información? La propuesta de la ministra en resumen es interesante, pero depende de las comunidades autonómas, y en Cataluña, a la luz de las declaraciones, la perspectiva no es muy halagüeña.

En nuestro país unos de los principales problemas que tenemos es que no existe ninguna fuerza política que tenga ideas educativas que se alejen de las del 'establishment' educativo: ni a la izquierda ni a la derecha. Los prejuicios contra el valor del conocimiento, de la enseñanza basada en evidencias, de un sistema educativo exigente son comunes a las diversas fuerzas políticas. Y en el ámbito universitario la situación es similar: las ideas constructivistas, fundamentadas en el aprendizaje por descubrimiento, en la potenciación de las llamadas 'habilidades del siglo XXI', en la crítica de la memoria... son las más habituales. Hay todavía mucho camino que recorrer.

domingo, 9 de septiembre de 2018

Tradición y progreso en educación (XXIV): John Hattie, la Instrucción Directa y 'Project Follow Through'


En el último artículo sobre 'Progressively Worse', de Robert Peal, se comentaron las ideas que el autor inglés considera que están en la base de la crisis educativa. El siguiente apartado del último capítulo lo dedica a explicar las ideas, métodos didácticos... que sí que muestran evidencia de resultados.

Empieza afirmando que 'la investigación empírica en educación se ha visto dificultada porque prácticamente cualquier método didáctico puede demostrarse que funciona'. Esto es, en gran parte, cierto. Con casi cualquier estrategia didáctica, aunque sea la menos adecuada para un alumno o una edad determinadas, habrá algún alumno que aprenda. Pero, como dice el profesor John Hattie de la Universidad de Melbourne, los profesores tienen que esforzarse por discernir más cuando se es presenta la 'evidencia' de un nuevo método educativo exitoso, preguntándose no solo si funciona, sino si obtiene resultados 'sobre la media', que valgan la pena.

El trabajo de John Hattie es discutido, ya que basa su investigación en la síntesis de metaanálisis de diversos estudios, de los cuales algunos son discutidos por lo que se refiere a validez, número... Greg Ashman, por ejemplo, plantea algunas críticas al trabajo de Hattie en su blog 'Filling the Pail'. A pesar de que pueda ser discutido, creo que en el contexto educativo actual tenemos que, como mínimo, valorar su trabajo, ya que nace del resumen de más de 50.000 estudios individuales de investigación y de un número aproximado de 240 millones de estudiantes.

Para comparar las diferentes 'influencias', Hattie asigna a cada una un 'tamaño de efecto', calculado a partir de la mejora media en los resultados académicos de los alumnos y de la división de este resultado por la diferencia o desviación estándar. Después de esto, Hattie clasifica los efectos de más de 140 influencias diferentes. La media de efecto queda alrededor de 0.4, punto que Hattie define como el mínimo a partir del cual una influencia puede ser considerada como efectiva. A partir de 0.6 las considerará como 'altamente efectivas'. Publicado por vez primera en 2.009, es considerado como el 'Santo Grial' de la investigación educativa y desde el principio ha sido una publicación controvertida, porque confronta muchas de las ideas del 'establishment educativo'.

El libro de Hattie contiene la siguiente tabla, que compara los métodos didácticos basados en el maestro como 'activador' (con una gran responsabilidad sobre el aprendizaje del alumno) con aquellos basados en la visión constructivista del maestro como facilitador. El resultado es contundente:
Hattie es crítico con la teoría constructivista de la enseñanza, que es el pensamiento que está en la base de la práctica centrada en los intereses del niño. Esto no significa que apoye una alternativa de mero didacticismo. El modelo de Hattie de 'Visible learning' sitúa al profesor como responsable de lo que sucede en el aula, teniendo en cuenta a la misma vez el progreso realizado por los alumnos y ajustando así su enseñanza a este. De este modo, destaca que los maestros tienen que ser 'directores del aprendizaje' más que 'facilitadores':

"El constructivismo es, demasiado a menudo, visto desde los términos de planteamientos didácticos centrados en el niño como el aprendizaje por descubrimiento, el aprendizaje basado en problemas y el aprendizaje basado en tareas, y se suelen usar palabras como 'auténtico', 'descubrimiento', 'aprendizaje de motivación intrínseca'... Este tipo de frases están la mayoría directamente opuestas a la receta exitosa para enseñar y aprender".

Más adelante Hattie destaca la dominancia de las ideas constructivistas, con una fundamentación empírica fallida, en la formación de profesores. Explica la efectividad de la conocida como 'Direct Instruction', un método de enseñanza totalmente estructurado y dirigido por el maestro que se originó en los años 60 en América y que ha sido totalmente ignorado en la mayoría de los círculos educativos. Y dice:

"Todos los años hago clases a estudiantes de magisterio y me encuentro con que ya están adoctrinados con el mantra 'constructivismo bueno, instrucción directa mala'. Cuando les muestro los resultados de estos metaanálisis se sorprenden, y habitualmente se enfadan por haber aceptado de forma acrítica una serie de verdades y mandatos contra la instrucción directa". 

Cuando uno se fija en los tamaños de efecto de los rankings de Hattie, uno se da cuenta de la contradicción que suponen los bajos resultados de las metodologías centradas en el niño. En cambio, la práctica repetitiva en áreas como matemáticas o lenguas para adquirir la fluidez y automaticidad necesarias tiene un efecto del 0.71; lo mismo pasa con los 'ejemplos trabajados', que tienden a ser dejados de lado en matemáticas como pasivos y superficiales, cuyo tamaño de efecto es de 0.57.

El programa didáctico 'Direct Instruction' (que como he explicado en este artículo es una de las posibles concreciones de las prácticas basadas en la instrucción directa) fue elaborado por un ejecutivo publicidad, Englemann, que era un 'outsider' del pensamiento educativo americano. Gracias a esto no se vio influenciado por el pensamiento de Dewey y Piaget. Desarrolló una serie de clases altamente estructuradas que seguían una estructura de siete pasos: explicar los objetivos de aprendizaje, explicar los criterios de éxito, involucrar al alumnado, presentar la lección, práctica guiada, cierre y práctica independiente.

Este programa fue valorado en el marco del proyecto 'Follow Through', el experimento educativo más amplio llevado a cabo en la historia durante la presidencia de Johnson. Era un estudio controlado, longitudinal que buscaba acabar con las reivindicaciones contrarias de éxito que planteaban métodos educativos diferentes. Costó medio billón de dólares e involucró a 10.000 estudiantes de bajos recursos de 180 comunidades diferentes. Se testaron 9 modelos de enseñanza diferentes. Dos de los modelos (uno de ellos la 'Direct Instruction') eran guiados por el profesor, otro era la enseñanza bilingüe y los otros 6 eran en diversos grados 'progresistas'; programas centrados en el niño inspirados en Piaget, Montessori y Dewey. Al cabo de un tiepo los alumnos fueron examinados de lectura, lenguaje, matemáticas y ortografía, y de medidas 'afectivas' como la autoestima del alumno. Los resultados fueron comparados los unos con los otros y con escuelas que ejercían de grupo de control.




La 'Direct Instruction' consiguió la primera plaza en prácticamente todos los objetivos medidos. En las habilidades académicas la 'Direct Instruction' fue el único método que lo hizo significativamente mejor que los grupos de control, superando ampliamente al resto de métodos. 5 de estos consiguieron resultados inferiores a los de los grupos de control, siendo el peor el Piagetiano 'Currículum cognitivo' y el altamente progresista 'Modelo abierto de educación'. La 'Direct Instruction' superó al resto de modelos incluso en las medidas 'afectivas', con alumnos que reportaban niveles altos de autoestima.

Uno se esperaría que un estudio de este tipo habría hecho cambiar el panorama educativo en América; pues no. El 'establishment' desacreditó el estudio arguyendo que los grupos de control no habían sido bien elegidos y que los modelos no se habían llegado a implementar bien. También afirmó que los estudiantes de la 'Direct Instruction' no desarrollaban la capacidad de pensar independientemente. De esta forma, el estudio 'Project Follow Trough' fue borrado de muchos libros de historia de la educación por académicos para los cuales suponía poner en jaque sus ideas educativas.

Como se ve, la investigación educativa más amplia llevada a cabo y el más ambicioso de los metaanálisis de la investigación educativa actual han demostrado que la instrucción dirigida por el maestro es la más efectiva para enseñar. Esto debería de significar que, al menos, se acabara con la desaprobación de las ideas de la instrucción dirigida por el maestro, y que se optará por aquellos métodos y estrategias que aseguren los mejores resultados para los alumnos.

miércoles, 5 de septiembre de 2018

Tradición y progreso en educación (XXIII): Las ideas en la base de la crisis educativa del Reino Unido



'Los niños aprenden mejor cuando se lo pasan bien. Las clases tienen que tener en cuenta los intereses del niño. El niño nunca aprenderá nada si se le fuerza. Aprender haciendo es mejor que aprender escuchando o viendo. Estos lugares comunes se siguen repitiendo en los seminarios universitarios y en las formaciones de profesores en todo el país, y en su corazón están las persistentes creencias de aprendizaje centrado en el niño*'

*Durante este artículo utilizaré esta expresión, que es la que utiliza Robert Peal en su libro para describir el paradigma educativo basado en el aprendizaje por descubrimiento, el primar el aprendizaje de habilidades generales por encima de conocimientos, etc. En el Reino Unido están mucho más marcadas las diversas escuelas de pensamiento educativo. Ya dediqué un artículo a explicar qué significa realmente 'poner al alumno en el centro', principio que apoyo plenamente cuando se utiliza en su sentido más acertado.

Con estas frases, que a muchos os sonarán, empieza la segunda parte del libro 'Progressively worse' del inglés Robert Peal. Y seguramente os sonarán porque son totalmente actuales. Algunas de ellas tienen parte de verdad, como cuando se habla sobre los intereses del niño. Es cierto que hay que partir de los conocimientos previos del alumno, y tenemos que destacarles la relevancia y el valor de lo que aprenden... pero el interés en sí no puede ser lo único que nos guíe (el criterio del conocimiento valioso no puede ser que en ese momento les apetezca o no estudiarlo). Lo mismo pasa con el pasárselo bien. Si se lo pasan bien, perfecto, pero no es el objetivo principal de la escuela. Por lo que se refiere a 'aprender haciendo', me planteo la siguiente pregunta: ¿'Escuchar' o 'ver' no es, también, 'hacer cosas'? El problema es cuando se toman las ideas que se refieren en un sentido absoluto. Sigue el autor:

'La premisa del aprendizaje centrado en el niño es que el aprendizaje es más posible que ocurra si el alumno descubre algo por sí mismo. Quizás la cita educativa más repetida es el proverbio atribuido a Confucio: "Escucho y olvido. Veo y recuerdo. Hago y comprendo". Este principio es sostenido como un artículo de fe entre el 'establishment' educativo, en el que la ortodoxia son la aversión a una clase en la que el profesor hable y dirija, y la reverencia por el 'aprendizaje independiente'. Cuando me formaba como maestro, un tutor me dijo que nunca tenía que exceder el 'límite de 5 minutos hablando' cuando hiciera una clase. Otro me dijo que un alumno solo podía escuchar a un profesor por los mismos minutos que el curso en el que estaba. Sigue siendo aceptado en muchos colegios de hoy en día la cita del Informe Plowden de 1967 de que "Está probado que el aprendizaje por descubrimiento es mejor para los alumnos que la instrucción directa"'

Y:

'Esta reconceptualización de los niños como conductores de su propio aprendizaje implica que solo aprenderán si ellos toman la decisión autónoma de hacerlo. Todo aprendizaje conseguido a través de los instrumentos 'coercitivos' de la vida escolar formal como los tests, deberes, ejercicios prácticos, memorización es visto como 'superficial'. En vez de ello, los profesores son responsabilizados de imbuir a los alumnos de una motivación intrínseca para aprender: las clases deberían de ser divertidas y alegres; el contenido de las materias tiene que ser relevante para los intereses actuales del alumno; y las preguntas de este tienen que determinar el curso de la lección.'

Otras veces ya lo hemos comentado. No es necesario que, para aprender algo, lo descubramos por nosotros mismos. Puede ser quizás motivante, pero si tenemos que volver a andar todo el largo camino de los descubrimientos geográficos, científicos, matemáticos... que ha hecho el hombre en los últimos siglos, no llegaremos muy lejos. Como se ha dicho, 'vamos a hombros de gigantes', nos apoyamos en el amplio 'corpus' de saber científico, cultural... que han descubierto las generaciones anteriores, y tenemos la responsabilidad de transmitirlo a nuestros alumnos. Tenemos que valorarlo. Cuando se plantea bien, motiva enormemente a los alumnos. Descubrir sobre los diversos seres vivos, sobre las reacciones químicas, resolver problemas, conocer los diversos continentes, disfrutar de la literatura... Son cosas que motivan y con las que se produce también aprendizaje real, se parta de donde se parta: una explicación oral, un libro de texto, un audiovisual, un experimento o una demostración...

Lo mismo pasa con los instrumentos que se citan: los exámenes, los deberes, la práctica repetida... son actividades de eficacia probada y no son superficiales, ya que ayudan a que ese conocimiento se asiente en la memoria a largo plazo, permitiendo luego profundizar e investigar. Bien gestionados también los disfrutarán nuestros alumnos. No nos podemos saltar pasos del proceso de aprendizaje solo porque no nos gusten. En el próximo post de la serie hablaremos de dos de las fuentes más importantes de evidencia.