domingo, 23 de febrero de 2020

¿Empieza a moverse algo en el panorama educativo?

Photo by Rob Gonyea from FreeImages


Una de las cosas que he repetido en el blog en diversas ocasiones era que lamentaba que, en el ámbito latino, echaba en falta la existencia de materiales y libros que partieran de supuestos propios de la educación basada en evidencias. Así como en el ámbito anglosajón desde hace años existe un amplio debate con figuras como Daniel Willingham, Daisy Christodoulou, Tom Bennet, Paul A. Kirschner... parecía que en España y el ámbito latino estuviéramos muy lejos.

Sin embargo, empiezan a moverse cosas... Hace unos días se publicó este libro de Héctor Ruiz Martin:



El libro, ¿Cómo aprendemos? Una aproximación científica al aprendizaje y la enseñanza expone los principales mecanismos cognitivos que rigen la memoria y el aprendizaje, los aspectos clave de la enseñanza, la evaluación... habla sobre la instrucción directa, sobre el aprendizaje por descubrimiento desde una perspectiva rigurosa y accesible. Me ha llegado hace poco (todavía no me ha dado tiempo de empezar a leerlo), pero tiene toda la pinta de ser de esos libros que todo profesor debiera leer y formar parte de los planes de estudio de todas las facultades de educación. Quizás algunos conocéis al autor por sus interesantes hilos en Twitter: https://twitter.com/hruizmartin?lang=ca.

No solo eso, sino que me llegó también por las redes que se está elaborando la traducción de algunos  los diversos libros que ha preparado Research ED. Ahora no recuerdo cuáles eran en concreto, pero es una buena noticia. Hay que destacar que Research ED estuvo por primera vez en dos países latinos: Italia y Chile. A ver cuándo vendrá a España.



Y otra buena noticia fue enterarme del título del nuevo libro de educación de Gregorio Luri:



Un libro que, seguramente, no dejará a nadie indiferente y que se hace si cabe todavía más necesario en esta época en que el conocimiento tiende a verse como algo que no es importante frente a las mal llamadas 'competencias del siglo XXI'. 
Todos estos libros, junto a la aportación de la creciente comunidad virtual y no virtual que comparte en mayor o menor medida estos planteamientos, está ayudando a que exista un cierto debate. Un debate que empiece a alejarse de las modas y de las ideologías, y que busque partir de las evidencias científicas y de la ya amplia experiencia de éxitos y fracasos educativos que la historia nos muestra.

lunes, 17 de febrero de 2020

El valor de las pruebas estandarizadas y de un currículum basado en el conocimiento

Photo by Annie Spratt on Unsplash
Una de las cosas que hecho en falta, tanto a nivel autonómico como estatal es que, desde las instituciones públicas, no se promuevan la creación y establecimiento de más pruebas estandarizadas, que permitieran conocer el nivel de los alumnos y compararlos con escuelas de su mismo contexto socioeconómico, y valorar si las decisiones tomadas a nivel didáctico y pedagógico ayudan a mejorar los resultados o si bien al contrario conllevan un descenso del nivel académico de los alumnos.

Un primer aspecto distorsionado es que las pruebas no son las mismas en todo el territorio español. Podríamos decir que la selectividad o PAU (pruebas de acceso a la universidad) lo son, pero los exámenes los diseña cada comunidad autónoma, con lo cual las pruebas varían de forma muy significativa de una comunidad a otra. Por lo que se refiere a pruebas de evaluación diagnóstica, el curso en que se hacen varía según la comunidad.

En el caso de Cataluña, existen dos evaluaciones diagnósticas: una al acabar 6º de primaria de lenguas (castellana, catalana e inglesa), matemáticas y ciencias naturales y otra al acabar 4º de ESO, que abarca los mismo ámbitos. Existen luego las Pruebas PACBAL sobre los componentes básicos de la lectura en catalán (desde P5 a 2º de primaria) y una nueva prueba con forma de proyecto que ha establecido este año el Departamento para 2º de primaria, pero ambas son de carácter voluntario.

¿Por qué no existen, entonces, más pruebas de evaluación al final de cada ciclo? ¿No podrían los poderes públicos establecer los contenidos académicos mínimos que tendrían que tener los alumnos al acabar cada curso o ciclo? ¿Qué ha de saber un alumno de matemáticas al acabar 2º de primaria? ¿Y al acabar ciclo medio? ¿Cuáles serían la fluidez, velocidad y comprensión lectoras óptimas al acabar 3º? ¿Qué se debiera de esperar por que se refiere a la expresión escrita al acabar 4º de primaria? ¿Y al acabar 2º de ESO?

Para ello sería necesario que los currículum se volvieran más concretos, sencillos, dejando de lado toda la jerga grandilocuente que contienen hoy en día pero entre la cual se hace difícil cribar realmente qué es lo importante. Y este es uno de los grandes problemas que tenemos: un currículum demasiado amplio, poco concreto, que se queda muchas veces en las competencias y valores generales pero que no concreta el cómo llegar a ellos. Tener unos objetivos y unos contenidos concretos para cada curso, con unas pruebas que nos ayudaran en la toma de decisiones permitiría orientar y mejorar de forma muy significativa la práctica docente y las decisiones en los claustros. 

¿Tanto nos costaría concretar qué contenidos académicos son culturalmente significativos? Y estoy hablando de que nos centremos en los principales ámbitos académicos: lengua, literatura, ciencias naturales y ciencias sociales y matemáticas. Porque esta falta de concreción genera importantes vacíos de conocimiento en la base cultural de nuestros alumnos. Cada vez más te encuentras con más alumnos que carecen de las nociones más básicas de geografía (continentes, países, ríos...), de historia, de literatura, de ciencias naturales... ¿Cómo vamos a poder establecer así esos lazos de copertenencia, de tener algo en común, de los que habla Gregorio Luri? Si las instituciones públicas dejaran de lado las luchas ideológicas y dieran valor a lo importante y propiamente escolar que es la enseñanza académica, sería posible una mejora educativa profunda. Y ahí serían de gran utilidad medidas como las pruebas estandarizadas que contrastasen que se trabaja lo fundamental con todos los alumnos. Aquellos con más dificultades son siempre los que más lo necesitan.

jueves, 6 de febrero de 2020

Informe PISA 2018 (2): Sobre la situación de España y de Cataluña

Font: Laura Busquets (ACN)


A finales del año pasado se publicaron los resultados del informe PISA, y tenía pendiente comentar algunas cosas que me llamaron la atención sobre los casos de España y Cataluña.

Una era el hecho de que España ocupe el quinto lugar por la cola por lo que se refiere a la disciplina. Después de Argentina, Brasil, Francia y Grecia, somos uno de los países en los que cuesta más dar clase. Prácticamente el 40% de los alumnos constataban que en todas o la mayoría de clases, a los profesores les cuesta un buen rato empezar, por la falta de atención de los alumnos, por el ruido...

Aquí deberíamos de reflexionar todos un poco. Nos estamos acostumbrando, los adultos incluidos, a la distracción habitual. Y los alumnos son los primeros que lo sufren. En este contexto, ¿es realmente más trabajo en grupo, más 'proyectos'... lo que necesitan nuestros alumnos? ¿No necesitarían, quizás, poder vivir más experiencias de contemplación, de silencio? ¿Y qué transmitimos los profesores? En una reunión el otro día sonaban constantemente los móviles, Whatsapps, mensajes, conversaciones en voz baja... ¿Dónde queda el respeto?

Otro tema es el absentismo. Hasta un 30% de los alumnos españoles reconocen haberse ausentado del colegio como mínimo un día. ¿Qué tipo de consecuencias hay ante estas situaciones? ¿Cómo se trabaja con los padres? ¿Cómo lo consideramos como sociedad? Tenemos a adolescentes que se ausentan del colegio por las calles, donde muchas veces los vemos en el banco de un parque tomando algo con el móvil. ¿Es este el horizonte de expectativas que queremos?

Y luego estaba el tema de los resultados. Como bien sabemos, se ha aplazado la publicación de los resultados de comprensión lectora ante el comportamiento anómalo detectado en ellas. Ante ello, había dos posibles hipótesis: que desde los centros se hubiera ayudado a los alumnos o que los estudiantes hubieran respondido a las preguntas al azar. Ambos hechos son preocupantes. Por lo que se refiere a ciencias y matemáticas, Cataluña perdía 15 puntos en competencia científica y 10 en competencia matemática. Quedábamos algo por encima de la media estatal, pero eran de los peores resultados históricos.

Realmente, ¿no vamos a llevar a cabo una reflexión a fondo? Llevamos ya unos cuantos años de currículum 'competencial', de 'estándares'... ¿Nos ha llevado esto a una mejora real? Y medidas como el bilingüismo en Madrid, ¿no pueden haber llevado al descenso significativo de resultados de esa comunidad? Las tan cacareadas 'nuevas metodologías' (que no lo son, como hemos explicado en otros artículos en este blog): Flipped Classrooms, Project Based Learning... ¿Nos están llevando a una mejora real? Aunque cada vez son más los profesores, grupos... que defienden y plantean una alternativa realista, me preocupa que nivel político, social... estemos todavía lejos de las medidas y políticas que podrían llevar a una mejora real educativa. Otros países, como el Reino Unido, han empezado a moverse. Nosotros, ¿para cuándo?