sábado, 16 de junio de 2018

Sobre la importancia de la memoria de trabajo en nuestra práctica docente



En otros artículos del blog he hablado sobre la memoria de trabajo y la importancia que tiene tenerla en cuenta a la hora de valorar las actividades que utilizaremos en el aula. Clare Sealy publicó hace unos días en su blog 'Oldprimarytimer' un artículo muy interesante en el que valoraba cómo tenerla en cuenta para mejorar nuestra práctica en el aula. Me pareció que el post recogía ideas muy importantes que valía la pena recoger y difundir. En este artículo recojo una adaptación de las ideas que me parecieron más significativas.

De la importancia de la memoria de trabajo

Cuando aprendemos algo, aquello que nos enseñan pasa primero por nuestra memoria de trabajo. La memoria de trabajo es el lugar en el cual pensamos. A pesar de esto, hay muchos profesores no tienen en cuenta que esta tiene una capacidad limitada. Solo podemos pensar sobre unas cuantas cosas a la vez. Cuando intentamos abarcar más cosas, caemos en lo que es conocido como 'sobrecarga cognitiva'.

El papel de la memoria a largo plazo

Sin embargo, hay una forma de solucionar esto: la memoria a largo plazo. Esta, a diferencia de la memoria de trabajo, es amplia y vasta. Cuando algo pasa a nuestra memoria a largo plazo, podemos devolverlo a la memoria de trabajo cuando queramos pensar sobre ello. Podemos recordar, y sobre cosas sobre las cuales hemos pensado diversas veces, el recordar se vuelve automático y supone poco esfuerzo. Un ejemplo es la lectura. Los que leéis este artículo, podéis leer las palabras con un esfuerzo mínimo ya que la lectura se ha hecho para vosotros automática. Esto significa que tenéis la capacidad cognitiva de poder dedicar vuestra memoria de trabajo a pensar sobre el significado de las palabras que leéis más que a descodificarlas.

Las implicaciones para los profesores

Esta arquitectura cognitiva tiene implicaciones para los profesores. Tenemos que considerar la carga cognitiva involucrada en aquello que enseñamos y tener en cuenta la naturaleza limitada de nuestra memoria de trabajo. Esto supone que, por ejemplo, necesitamos presentar la información en pequeños pasos.

Otra implicación es que tenemos que asegurarnos de que los estudiantes piensan realmente sobre aquello que queramos que recuerden (más que sobre el formato de la clase, los compañeros del grupo...). Un tercer aspecto que tener en cuenta es que ya que queremos que los estudiantes recuerden lo que les enseñamos, tendremos que darles muchas oportunidades de recordar lo que les hemos enseñado a partir de su memoria a largo plazo

Estas 3 implicaciones, pero, no las tenemos siempre en cuenta. Por ejemplo, no dividimos las tareas en suficientes pasos pequeños porque somos expertos en aquello que enseñamos, y nos olvidamos de que los alumnos no han automatizado los diversos pasos de tareas más complejas.

Nuestra tarea como profesores: posibilitar los aprendizajes básicos

A la hora de considerar la enseñanza de habilidades o conceptos complejos como puede ser la hora, la división, la redacción de una descripción, o la escritura de oraciones... deberíamos de considerar esta necesidad de dividir las tareas en pequeños pasos, dando las oportunidades suficientes de práctica a nuestros alumnos. Y no solo esto. Hay muchos aprendizajes básicos que hay que asegurar durante los primeros años, porque son las piedras angulares de aprendizajes posteriores. Si queremos que nuestros alumnos sean realmente pensadores críticos e independientes, que sepan resolver problemas... tenemos que esforzarnos por asegurar que los aprendizajes básicos y fundamentales los lleguen a dominar y los automaticen, de forma que la memoria de trabajo puedan dedicarla al pensamiento creativo, a la resolución de problemas....

Pongamos el caso de alguien que aprende a conducir. Al principio, el cambiar de marcha, mirar retrovisores, señalizar... es un horror, y requiere un gran esfuerzo. Al cabo de un año, en cambio, son todas tareas que se vuelven automáticas y nos podemos centrar en el recorrido que queremos seguir, etc. 

¿Y cuáles son esas habilidades básicas que posibilitan otros aprendizajes, que tienen que ser aprendidas hasta automatizarlas? Algunas son las siguientes:

  • El cálculo mental: todos los grupos de números relacionados entre sí; las sumas básicas que dan 10, sumar 2 a un número, sumar 1, restar 2, restar 1, los dobles...
  • Las tablas de multiplicar
  • La descodificación: las asociaciones entre sonidos y grafías
  • La fluidez lectora
  • La caligrafía
  • El decir la hora
  • Las mayúsculas y los puntos
  • Los días de la semana, los meses del año...
  • Los mapas de Cataluña, España, Europa...
Sí, hay una cierta reticencia a practicar la mayoría de estas habilidades, muchas de las cuales son vistas como aprendizajes repetitivos, aburridos... ¡pero son fundamentales! Y habrá muchos niños y niñas que no las aprendan de forma automática. ¿Estamos seguros de querer provocar que nuestros alumnos, más adelante, no sean capaces de resolver problemas complejos porque veíamos el aprenderse las tablas como una 'regurgitación'? ¿O queremos que nuestros alumnos no sean capaces de leer con fluidez porque nos parecía que el aprendizaje de la relación entre sonido y grafía era aburrido? ¿O que no sean capaces de escribir textos complejos porque veíamos el trabajo de la caligrafía poco motivador? Por contra, es fundamental en nuestra tarea como maestros que posibilitemos que todos nuestros alumnos dominen estos aprendizajes básicos que les ayudarán a que su carga cognitiva puedan utilizarla en los temas y aprendizajes importantes.

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