Foto de José María Cuadrado Jiménez tomada el 13/12/19 |
El Ministerio de Educación prosigue la tramitación de la LOMLOE y, antes de Semana Santa, tuvo lugar una conferencia en la cual presentó las líneas maestras de la reforma del currículum en la cual participaron, entre otros, Isabel Celaá y César Coll. Después de escuchar la conferencia se puede concluir que el cambio de los contenidos que se anuncia irá en la línea de la pedagogía oficial que existe en España desde la reforma de la LOGSE en la década de los 90 y replicará en gran medida los cambios que han tenido lugar en el currículum de Cataluña durante los últimos años, caracterizados por su apuesta competencialista.
La ministra de educación empieza con algunas reflexiones, en las que destaca que el nuevo currículum ha de responder a la nueva época de desafíos: crisis económica, cambio climático, cambios sociales, pandemia... cambiando el qué, el cómo y el para qué, yendo en la línea del cambio de paradigma de los países más avanzados. 'Cambio de paradigma'; escuchar esta expresión ya me preocupa. ¿A qué paradigma se refiere? ¿Y a qué países? ¿Al paradigma del declive educativo de Finlandia, Francia, Alemania? ¿O al paradigma de Reino Unido, Lituania, Polonia...? ¿O al de los países asiáticos como China, Singapur, Hong Kong?
Sigue defendiendo la necesidad de la actualización de los aprendizajes curriculares, defendiendo la necesidad de unas 'competencias multifacéticas, interdisciplinares e integradas', de modo que no haya fisuras entre el sistema y las competencias que se requieren. Aquí me gustaría plantearle una pregunta a la señora ministra: ¿realmente se cree que con el sistema 'competencial' se van a cubrir estas fisuras? ¿Se ha planteado mirar los resultados de Cataluña, que va varios años por delante en la aplicación del modelo 'competencial' (aquí, aquí y aquí), con uno de los fracasos escolares más altos de España, con resultados no especialmente buenos en los centros que han optado por este 'paradigma'?
Es en el minuto 6, cuando oír a toda una ministra de educación afirmar que "ya no es suficiente el aprendizaje memorístico y acumulativo" hace que se me caiga el alma a los pies. Ministra, que solo existe el aprendizaje memorístico; si lo que aprendes no queda en la memoria, no está aprendido, sea aprender a conducir, aprender ciencias, aprender lengua... Y el aprendizaje solo puede ser acumulativo (esto es algo clave para conectar nuevos aprendizajes con los que ya tenemos, en la psicología cognitiva). Si la reforma parte de estas líneas, no irá bien.
Sigue diciendo que, con el objetivo de evitar ese 'aprendizaje memorístico y acumulativo', se parte de una propuesta con contenidos curriculares interdisciplinares que favorezcan el aprendizaje colaborativo. Aquí ya hay varias cosas que no me encajan: ¿por qué opone la memoria a la interdisciplinariedad? ¿Qué tiene que ver que un contenido interdisciplinar con el aprendizaje colaborativo? ¡No tienen nada que ver! Es un discurso ideológico, y la reforma no tendrá éxito si parte de oponer un pretendido 'aprendizaje memorístico' a un 'aprendizaje competencial'. He de decir aquí que soy el primero que, por ejemplo en lengua, hay que tener en cuenta el enfoque comunicativo, potenciando actividades 'competenciales' de hablar, escribir, comprender... pero todo ello si se dejan de lado las estructuras fundamentales no es posible, y desde reformas ideológicas no se alcanzará el punto necesario de equilibrio entre las diversas visiones.
Y establece como elemento clave el 'perfil de salida'. Me da miedo que, en este ámbito, nos dejemos llevar por el marco que acostumbran a establecer las competencias, marcado por organismos como la UNESCO o la Agenda 2030, que tiende a acabar centrándose solo en la empleabilidad y las competencias laborales y externas, dejando de lado ámbitos fundamentales de la formación cultural y personal los cuales quizás no tienen una 'utilidad' para la empleabilidad, pero que son clave para el estudiante: el conocimiento de la Historia, la Literatura, el Arte...
El siguiente que interviene en el debate es César Coll. Sorprende que se siga recurriendo a los mismos referentes que hace casi 30 años con la LOGSE. ¿Para cuándo algo de savia nueva? Coll empieza remarcando que el currículum es un aspecto clave de todo sistema educativo, aspecto en el cual estaría de acuerdo con él, ya que marca la organización escolar, del profesorado, de los alumnos...
Sigue hablando del enfoque competencial, del cual ya hemos hablado en otros artículos del blog y en el cual no me detendré. Defiende una idea, la de los aprendizajes esenciales, con la cual podría estar de acuerdo, si el marco educativo y filosófico en el que se mueve no fuera el que es; pero, como Isabel Celaá, cae también en afirmaciones ideológicas que no son propias de un catedrático de la UB. Algunas perlas son:
- La ley renuncia a visiones enciclopédicas del currículum. Por favor, si el currículum no es para nada enciclopédico. ¿Quiere ir a donde está Cataluña? Un currículum general y muy poco concreto en el que no queda especialmente claro qué ha de saber cada alumno en cada momento. ¡Si lo que falta es más especificación de los aprendizajes esenciales de cada etapa! ¿Cómo casarán esta crítica a un currículum sistemático con sus aprendizajes esenciales? ¡Porque los aprendizajes esenciales habrá que establecerlos por cursos o ciclos! ¿O el aprendizaje de la lectura será un 'aprendizaje esencial' de la primaria y la secundaria?
- El currículum ha de estar abierto a los cambios en los saberes. Otro lugar común. En el currículum es mucho más lo que permanece que lo que hay que cambiar (por hechos históricos, por descubrimientos científicos...).
- Lo importante no es saber mucho, sino saber lo que se sabe, lo que no y tener herramientas para buscarlo. Estamos aquí ante una proposición absurda y sin sentido, que se contradice. ¿Cómo que lo importante no es saber mucho? O sea, ¿Lo importante no es que los alumnos sepan mucha lengua, inglés, matemáticas? ¿En serio? ¿Y cómo puedes saber que sabes o no sabes si no sabes? ¡Es contradictorio! Precisamente el que más sabe es el que sabe lo que sabe y lo que no sabe y suele ser el mejor a la hora de usar las herramientas para buscarlo. ¿Cómo puede afirmar esto un catedrático de la UB? Un aprendiz novel de cualquier materia es incapaz de saber qué sabe y qué no y aún más de usar herramientas para aprender cosas nuevas. Es muy preocupante que estos sean los mimbres.
- Para seleccionar los contenidos lo importante ya no serán los criterios de las disciplinas, sino los retos y desafíos. Otra afirmación preocupante, que deja de lado la lógica interna de cada disciplina, que es la que facilita su aprendizaje, y que abre la puerta al utilitarismo de estudiar solo aquello que "sirva para algo", no aquello que tiene valor en sí.
- La autonomía curricular de la que habla es un tema espinoso, porque podemos acabar como los EE.UU., un país sin un currículum común y claro, que solo hace que amplificar la desigualdad ante la diferencia en lo que se estudia según el lugar, escuela... que te toca.
La sesión acaba con una intervención de una profesora de instituto, Guadalupe Jover, que va en la línea de lo comentado por Celaá y Coll. Visto lo visto, temo que la nueva ley no servirá para la mejora educativa y, como todas las que hemos tenido hasta ahora, se caracterizará por su partidismo y por caer en los principales errores de las previas. ¿Para cuándo podrá haber un debate real en el cual no se ridiculice a la otra parte acusándola de 'inadecuación' o 'enciclopedismo', ¿cayendo en lugares comunes? Ojalá llegue el día en que este tema sea discutido desde la racionalidad, la experiencia y la evidencia científica.
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