domingo, 28 de octubre de 2018

La importancia de los primeros años (VI): el estilo educativo



Uno de los principales blogs que vale la pena seguir es el de Quirky Teacher; esta blogger inglesa lleva un tiempo escribiendo sobre la importancia de un cambio de las ideas educativas de fondo durante los primeros años y lo hace siempre desde una perspectiva que va totalmente a contracorriente. En este post del blog quiero comentar algunas de las principales ideas de su último artículo, acompañándolas de alguna reflexión personal, porque me ha ayudado a pensar.

En él, habla sobre la importancia de que existan más hábitos, normas y pequeñas rutinas que sean de toda la escuela, especialmente para los más pequeños. Lo compara con la consolidación en la memoria a largo plazo de los conocimientos básicos, que permite la liberación de recursos de la memoria de trabajo para centrarse en la resolución de problemas o en la creatividad. De la misma forma que existen toda una serie de hábitos y normas enfocados a la organización, eficiencia y logística por lo que se refiere a la enseñanza y aprendizaje, destaca la importancia de que existen otros orientados a la formación del carácter ya durante las primeras edades.

¿Y esto por qué? Cuando pensamos en la educación y en el día a día de los más pequeños, acostumbramos a pensar que lo que hay que evitar es la aburrida rutina y el seguimiento de normas en favor de actividades variadas, divertidas... que permitan elegir a los más pequeños y estimular sus mentes. Suele pensarse que cuantas más experiencias lleven a cabo los más pequeños basadas en sus deseos (especialmente si las experiencias son excitantes), más se desarrollarán sus pequeños e hiperestimulados cerebros. Pero, ¿estamos seguros de que esto es realmente así y en todos los casos?

Existen dos tipos de desventajas: la primera es la de aquellos niños a los cuales les falta conocimiento y vocabulario comparados con sus compañeros que tiene padres con un cierto nivel educativo y cultural; esto tiene aún más importancia desde que los currículum no dan tanta importancia al conocimiento. La segunda desventaja tiene que ver con la falta de concentración y resiliencia que habitualmente sería desarrollada a través de hábitos y de rutinas en casa. Quirky Teacher destaca que, esta última, es cada vez más habitual y afecta a alumnos de todas las clases sociales. Todos conocemos seguramente a alguna de esas familias de clase media que se caracterizan por una cierta laxitud en las normas y hábitos familiares y que viven en una continua actividad: de kárate a Kumon, de ahí al Club de Tenis... Todo ello sin que existan rutinas reales para irse a dormir o despertarse, sin rutinas familiares claras; en ellas no existe un horario fijo y las normas se deciden sobre la marcha. Como consecuencia de esta manera de funcionar, estas familias suelen llegar tarde y sus hijos acostumbran, por ejemplo, a dejarse la bolsa de deporte en el autobús.

La imagen que nos deja la descripción de arriba es similar a la experiencia del niño desfavorecido en el sentido más tradicional de la palabra, solo que con más libros, palabras, conocimientos y algunas mascotas. Los niños que crecen en contextos como el descrito se acostumbran a vivir en el aquí y ahora, sin ser capaces de desarrollar ninguna rutina y de poder pensar en el futuro, en el planificarse... porque no consiguen convertir algunos hábitos del día a día en rutinas automáticas. No existe un hábito para recoger la ropa, para limpiar los platos, no se hace la cama... Mucha gente piensa que las cosas 'aburrida' no importan, por lo tanto, ¿para qué esforzarse? Solo hace falta conectarse a las redes sociales y ver en instagram a gente que despreocupadamente se estira en camas sin hacer, que de forma improvisada de hacen un café o que de forma tranquila se dan un paseo por una playa inmaculada mientras reflexionan sobre sus sentimientos. Se ha popularizado el vivir el momento.

De esta forma, los hijos de esta generación de vive-tu-momento y haz-lo-que-quieras nunca experimentan momentos y experiencias significativos de paz y tranquilidad que les permitirían desarrollar la capacidad de concentrarse y fijar la atención. ¿Qué se puede hacer? ¿Tenemos que aceptar que esta es simplemente nuestra cultura y convencernos de que no ser aburridos estando sujetos a normas, rutinas y hábitos nos ayudará a ser más creativos? Muchas de las personas más creativas se han caracterizado por seguir hábitos y rutinas fijos, que les han ayudado a pensar: Beethoven, WH Auden, Sylvia Path...

Un ejemplo del poder de las rutinas, las normas y los hábitos es el dramático incremento en el aprendizaje que se ve en 1º de primaria, cuando pasan del marco de la educación infantil, basado en el elegir y el aprendizaje independiente, a la experiencia del aprendizaje dirigido por el profesor y en la rutinas. Un ejemplo es el de aquellos niños que experimentan dificultades para aprender los números durante la educación infantil y que al llegar a primaria los aprenden en días. ¿Qué es lo que cambia? No solo el estilo de enseñanza y de aprendizaje, sino también la imposición de rutinas, normas y hábitos más sistemáticos que les permiten:
a) Crecer en su habilidad para concentrarse.
b) Poder desarrollar más práctica en silencio.

¿Lo pasan peor entonces porque ahora están sujetos a un horario y se espera de ellos que trabajen más? No; al contrario, les encanta, y se hace habitual el verlos sonrientes, con sus libros de matemáticas, de lengua... que quieren que los maestros y maestras revisen y les feliciten por su trabajo. Otro ejemplo es la lectura: les encanta aprender a leer, y cuando a alguno le cuesta ves como se esfuerza y lo da todo para conseguirlo.

Aquí viene otra pregunta: ¿somos conscientes y lo son los profesores de la importancia que tiene en el aprendizaje que existan hábitos, normas y rutinas? ¿Y tenemos claro que exigen una práctica habitual y constante, que no se consigue de un día para el otro? ¿Estamos dispuestos a maximizar todos y cada uno de los momentos de aprendizaje en nuestra aula? 

Este es un post que ayuda a reflexionar sobre la importancia que tienen los diversos tipos de virtudes: atención, concentración, resiliencia... en la creación de los hábitos intelectuales y personales fundamentales; de ahí también que no podamos dejar de tener en cuenta los diversos estilos educativos, tanto familiares como escolares, y las consecuencias que tienen a la hora de considerar las decisiones educativas por las que optemos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

De verdad le agradezco la traducción de esta serie de artículos que reflejan la importancia que concede a la etapa de Infantil.
Especialmente el enfoque sobre el estilo educativo, considerándola mucho más que una guardería, relacionándola menos con el periodo anterior y acercándola a la etapa posterior de Primaria. Qué necesaria la coordinación entre ambas para conocer las necesidades y dificultades de cada una de ellas, pero, sobre todo, para, de una vez por todas, romper esa barrera de diferencias irreconciliables que impiden ver sus muchos puntos en común, especialmente con los dos primeros cursos.
Me gustaría comentar este párrafo:
"Un ejemplo del poder de las rutinas, las normas y los hábitos es el dramático incremento en el aprendizaje que se ve en 1º de primaria, cuando pasan del marco de la educación infantil, basado en el elegir y el aprendizaje independiente, a la experiencia del aprendizaje dirigido por el profesor y en la rutinas."
Ese poder es también aplicable en infantil.
Cierto que, en general, los cursos de formación, las publicaciones y los blogs más leídos de maestras sobre infantil abundan en metodología del "libre elegir" basado en el constructivismo (mal entendidos o enfocados ambos desde mi punto de vista).
Pero es cierto también que en las clases hay (no me atrevo a decir cantidad) algunas en las que se entienden las rutinas, etc. como los cimientos sobre los que construir los aprendizajes. Cito un ejemplo con un método de moda: ABN. En unas jornadas le preguntan a Conchi Bonilla por dónde empezar, respuesta: Por las normas, hábitos y rutinas.
Otro tema, por no alargarme más, sería el silencio. La necesidad de que, alguna vez, lo oigan-disfruten todos; su importancia en alumnos con problemas; su papel en la atención y relajación y su apropiación por el mindfulness, en fin, su relación con el “horror vacui” de los hiperestimulados multitarea.

Referencias:
Secuencia numeración ABN en Infantil 3 años. Minuto 26:07 al 27:06 https://www.youtube.com/watch?v=Sxday-SF2yE

Anónimo dijo...

Perdón, se me olvidó firmar.
M.L.S.E.

Andrés Bello dijo...

Buenos días.

Sí, estoy totalmente de acuerdo. Si las rutinas, normas y hábitos empiezan a enseñarse en infantil pueden ser grandes potenciadores del aprendizaje. Es necesario un cambio de perspectiva también en la educación temprana.