Hoy me he topado con el siguiente artículo que compartió Greg Ashman, escrito por Pritesh Raichura, un profesor de ciencias de Londres: Don't let politics colour educational evidence (https://bunsenblue.wordpress.com/2016/12/03/dont-let-politics-colour-educational-evidence/). Me ha llamado la atención porque se refiere a un debate muy candente en nuestro país: el de aquellos que politizan, que ideologizan la educación dividiéndola en prácticas de derechas y prácticas de izquierdas; en educación tradicional y educación innovadora o avanzada.
En educación, lo que tiene que guiar a los que deciden las políticas educativas a nivel estatal, a los que dirigen un centro, al maestro en su aula, no puede ser el que unas prácticas sean consideradas 'innovadoras y avanzadas' o 'tradicionales', sino que tiene que serlo la evidencia científica de los resultados y la conveniencia o no de según los alumnos, la materias, las circunstancias... Utilizar una u otra práctica pedagógica. El uso de exámenes, por ejemplo, ¿es una práctica de derechas? ¿Es tradicionalista quizás? ¿Y la instrucción directa? ¿Y el aprendizaje por descubrimiento? ¿Y el aprendizaje cooperativo? ¿Son de centro? ¿Habría que encuadrar estos dos últimos en las prácticas avanzadas? El uso de rúbricas, ¿es propio de la escuela del siglo XXI? ¿Y el de debates? Y podría seguir con más temas: conocimientos vs competencias, etc.
De las prácticas que he ido comentando, la instrucción directa, por ejemplo, está sostenida por una amplia literatura de evidencia científica (en los siguientes artículos la comenté: https://goo.gl/SwRXvz, https://goo.gl/Zb2hMY, https://goo.gl/9WN2h1, junto con la serie sobre la instrucción directa explícita), del mismo modo que el aprendizaje cooperativo (https://goo.gl/Nt1R9R y https://goo.gl/B4D67i), aunque ambos haya que saberlos usar de la forma correcta y en los momentos adecuados. En cambio, el aprendizaje por descubrimiento tiene poca evidencia de éxito (https://goo.gl/Zc1eTG). Por lo que se refiere a los exámenes o al uso de rúbricas de evaluación, son dos instrumentos diferentes de evaluación que no hay que oponer, que son complementarios y que responden a diferentes aspectos de la evaluación (https://goo.gl/YSYKzP y https://goo.gl/pMqrWc).
Todos queremos, sin duda, el éxito de todos nuestros alumnos, pero sorprende cómo al hablar de las diversas prácticas pedagógicas acabamos cayendo en un maniqueísmo ideológico alejado de la realidad de las cosas. Y este aspecto está generando numerosos problemas. Cada vez hay más maestros que dejan de lado prácticas pedagógicas de reconocida evidencia y eficacia porque temen que se oponga a su visión ideológica o política; o porque se oponen a las directrices del gobierno de su región o de un grupo que apuesta por una pretendida 'educación avanzada'. Y esto acaba perjudicando su práctica educativa y el aprendizaje de sus alumnos. El uso de la instrucción directa, de los exámenes, la memorización de secuencias como las tablas de multiplicar, los días y meses del año y tantos otros aspectos.
Ayer Gregorio Luri proponía redactar una entretenida lista con algunos de estos aspectos, prácticas... que se han ido perdiendo: http://elcafedeocata.blogspot.com.es/2016/12/lost-in-traslation.html; ¡recomendable y muy divertido de leer! Tenemos que conseguir que lo que nos lleve al uso de una u otra práctica pedagógica sea su evidencia de éxito y no la etiqueta que se le haya puesto.
1 comentario:
Plas, plas, plas.
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