lunes, 10 de agosto de 2015

'El Elemento', de Sir Ken Robinson



‘El elemento’ de Sir Ken Robinson y su famosa conferencia sobre la creatividad son dos de los materiales que he decidido leer y ver este verano.

El libro 'El elemento' de Robinson es, en sí, bonito. En él, nos va presentando historias de superación de diversas personas de todas las profesiones y ámbitos que consiguieron encontrar su ‘elemento’ (es la palabra que utiliza Sir Ken para referirse al aspecto de la vida que los emociona, en el que destacan y les hace sentir la plenitud; en el lenguaje del común de los mortales, sería nuestra ‘vocación profesional’ o aquello en los que queremos trabajar). Para Robinson, todas estas personas de las que habla alcanzaron su elemento ‘a pesar de la escuela’. Según él, la escuela mata la creatividad y condena a estas y muchas otras personas a una vida sin sentido. Luego volveré sobre esta idea: no se puede criticar así a la escuela, porque es injusto y no se corresponde con la realidad.

Por lo que respecta a la conferencia, hay que reconocer que Sir Ken Robinson sabe hablar bien y encandilar al público. Explica con gracia, pone anécdotas… Pero eso no quita que esté en desacuerdo con bastantes de los aspectos que comenta, ya que la suya me parece una crítica confusa y equivocada,  que hace un flaco favor a la educación.

Vamos ahora a valorar las ideas. Uno de los presupuestos que defiende Robinson es que la escuela actual mata la creatividad. Afirma que nuestra escuela no necesita reformas, sino una revolución radical. Para él, la escuela es irreformable porque está pensada (dice él) siguiendo los parámetros del siglo XIX: para fomentar la inteligencia académica y el razonamiento deductivo (de su postura se desprende que para él el pensamiento racional es un pensamiento en serie y poco creativo).

Esa manera de hacer de las escuelas, dice, provoca que no salgan de las escuelas esos genios, artistas… que tendría que haber en todas partes. Por lo tanto hay que cambiarlo todo. Eso sí, no concreta nada. Se queda en los titulares. Me gustaría preguntarle: ¿de qué colegio o colegios de los que siguen su filosofía están saliendo esos genios que él afirma? ¿De Grange (Gerver)? ¿De Summerhill? ¿Del colegio que asesora en EE.UU.?

Es cierto que hay que valorar que las personas tienen talentos diversos y habilidades diversas, y tenemos que potenciarlos también en la escuela, junto a los relacionados con la lengua y las matemáticas; pero ello ha de ir unido a una enseñanza rigurosa y exigente, con unos contenidos y objetivos claros.

Sugerir, como hace, que el currículum contemporáneo es como la lápida de la creatividad o que las escuelas matan la creatividad, es una declaración que no se ajusta a la realidad. Es una forma de hablar y de considerar la educación que se queda en las grandes frases. Quizás a primera vista te convence, pero cuando profundizas no ves más que una gran vacuidad, no va más allá. Si queremos mejorar la educación no basta con quedarse en frases efectistas, sino que hay que profundizar en qué es la persona y en cómo potenciar de forma clara y real sus talentos… Para ello, no hay que acabar con la rica tradición de que disponemos, sino que hay que completarla y mejorarla. En la conferencia habla de Shakespeare. Olvida que, por ejemplo, en su época los niños se aprendían alrededor de 100 figuras retóricas. Esa fue una gran base para impulsar su creatividad, igual que todo el resto de cosas que aprendió en el colegio. El trabajar una base de conocimientos, de contenidos, de habilidades... No es 'matar' la creatividad.

En resumen, a diferencia de lo que afirma Robinson, el talento, la creatividad y la inteligencia no son innatas, ya que en gran parte se adquieren a través del esfuerzo y de la práctica. Por otro lado, la lengua y las matemáticas son bases fundamentales de la creatividad, y fundamentales también para el despertar y el crecimiento de talentos en ámbitos como el arte, la música...


Daría para más, pero aquí lo dejamos...

miércoles, 5 de agosto de 2015

Les CUP, Podem i els problemes de l’esquerra alternativa amb la llibertat d'educació




Ens trobem en un moment en el qual l’esquerra alternativa (sigui de caire espanyolista o independentista), representada per les CUP i Podem agafa cada cop més força. Han aconseguit guanyar, fins i tot, ciutats tan emblemàtiques com la de Barcelona.

Són forces que defensen platenjaments amb els quals molts estem d’acord: tenir cura de les persones més desafavorides, aturar els desnonaments, plans de xoc envers els infants desnodrits, exigir responsabilitats a la banca, foment del transport públic...

El problema apareix quan senten la paraula ‘església catòlica’ o ‘llibertat d’educació’. Aleshores, la llibertat que defensen en l’àmbit moral, sexual… Desapareix! I surten els pitjors vicis de l’anticlericalisme dels any 30 del segle passat. Diversos exemples:

1) En un barri popular de Barcelona hi ha un orde religiós (les germanetes de l’Anyell) que es dedica a l’atenció dels drogadictes, dels sense sostre… El bisbat de Barcelona els ha cedit uns espais propietat de l’Església perquè puguin instal·lar la seva comunitat. Què ha passat aleshores? Les CUP del barri, grans defensores de les classes populars i dels desafavorits, han iniciat una campanya de signatures contra elles! Aquí podem veure el sectarisme anticlerical d’aquests moviments. Podeu consultar la notícia a: http://www.religionenlibertad.com/grupos-de-izquierda-radical-piden-a-ada-colau-que-impida-el-43761.htm

2) Un altre exemple: el constant sectarisme d’aquests grups envers l’escola concertada, encara més si és religiosa o d’inspiració cristiana. Els afirmen que només s’ha de sostenir amb fons públics l’escola pública; però, quina pública? No una pública amb la qual tots ens podem sentir identificats, sinó una pública profundamente sectària, en la qual es vegin encarnats els valors que ells defensen. Les CUP, Podem, defensen IMPOSAR (sí, en majúscules) a tothom la seva moralitat i visió del món. I si no és així, si us plau, que respectin i defensin la llibertat d’educació. No els estic demanant que es tornin liberals i que permetin que l’escola depengui del mercat. No. Els estic demanant que respectin la llibertat d’educació i tantes escoles d’iniciativa social de tants grups catòlics o d’inspiració catòlica. 

Costa tant que l’esquerra alternativa, que defensa en alguns aspectes valors bons, entengui què és la llibertat?