domingo, 22 de enero de 2017

Tradición y progreso en educación (IX): El formalismo y el naturalismo



La entrada de hoy quiero dedicarla a hablar sobre el formalismo y el naturalismo. Estas son dos de las ideas fundamentales de lo que es conocido como 'progresivismo educativo', y hunden sus raíces en la filosofía de Jean Jacques Rousseau, en la escuela progresista americana de John Dewey de inicios del siglo XX... Son ideas que se han ido prolongando en el timpo, hasta llegar a nuestros días representadas por movimientos como Escola Nova 21, Rosa Sensat... y muchos otros personajes que reciben un amplio eco en el panorama educativo actual. En su libro 'La escuela que necesitamos', Eric Donald Hirsch dedica un largo capítulo (Crítica de una cosmovisión, pp.129-212) a tratarlas a fondo. 

El formalismo es la idea de que el conocimiento factual, de hechos, no es importante. Son las habilidades formales (pensamiento crítico, creativo, estrategias de comprensión, colaboración... muchas de ellas encajan con las denominadas 'habilidades del siglo XXI' que traté en el último post) las que habría que desarrollar en la escuela.

Esta es una idea que es plausible porque es cierto que existe una cierta habilidad general en leer y adquirir nuevas habilidades con facilidad. Las habilidades formales podemos y debemos integrarlas en los diversos aprendizajes. Pero se equivoca al despreciar el conocimiento factual, porque esta 'habilidad general' se basa precisamente en el conocimiento; cuanto más conocemos, cuantas más experiencias tenemos en nuestra memoria a largo plazo, más fácil nos es aprender cosas nuevas. Y no solo eso, sino que las habilidades específicas siempre requieren conocimientos específicos. Por ejemplo, para colaborar, es necesario tener una serie de conocimientos sobre cómo colaborar de forma efectiva, cómo ajustar nuestro comportamiento al de las personas con las que estamos, sobre cómo son las personas con las que trabajamos. Como se ve, no tiene sentido oponer conocimiento factual y habilidades formales.

Los expertos son expertos porque conocen un montón de conocimientos sobre su materia; cuando trabajan en nuevo aprendizaje pueden utilizar lo que ya saben para aprender cosas nuevas. En cambio, los inexpertos, que se inician en el aprendizaje de una área o habilidad, necesitan buscar las cosas: no tienen los conocimientos sobre el área que les permitan pensar como un experto de forma eficiente. Para pensar como un experto necesitas experiencia, y eso comporta tener un amplio abanico de conocimientos. Por poner un ejemplo, para pensar como un médico experto, tienes que tener un amplio rango de conocimientos sobre el cuerpo humano, de las posibles enfermedades... Y no solo eso, sino que a más experiencia de posibles situaciones que tengas, más experto serás en ello. ¿Habilidades formales? Sí, pero siempre basadas en el conocimiento.

La otra idea es el naturalismo. El naturalismo es la idea de que la educación se desarrolla de forma natural, como el desarrollo de una planta. Los maestros solo tienen que hacerse entonces a un lado y dejar que la 'planta' se desarrolle a su ritmo.

Como el formalismo, esta es una idea que es plausible porque describe el cómo aprendemos la parte oral de nuestra lengua materna. Un niño que está aprendiendo hablar, no necesita que nadie le enseñe a mover la lengua para articular los diversos sonidos. Pero es una idea equivocada cuando la aplicamos a todos los aprendizajes que se llevan a cabo en la escuela, porque no hay nada natural en la adquisición de la lectoescritura, la numeración, el conocimiento académico... Uno puede estar toda su vida observando un manzano y no aprender nada sobre la fotosíntesis o la ley de la gravedad. 

Es bastante habitual oír decir que, por ejemplo, las lenguas hay que aprenderlas de forma natural: comunicándose, relacionándose... y no trabajar la gramática, el léxico, la sintaxis. Es cierto que no hay que basar la didáctica de la lengua exclusivamente en la gramática y en la sintaxis. Es muy importante trabajar la expresión y la comprensión oral, pero no podemos dejar de lado los aspectos fundamentales de estructura y uso de la lengua que nos enseñan la gramática, la sintaxis, la escritura... y que nos permiten utilizar los registros más elaborados de la lengua. Cada vez es más habitual encontrarse a niños y niñas en los cursos superiores sin las nociones básicas de gramática que permiten elaborar un texto con sentido, conectar diversas frases, aprender normas de ortografía más complejas... Sin ellos será muy difícil conseguir un cierto dominio del lenguaje. 

Esta idea la explicita Greg Ashman en su blog 'Filling the Pail' cuando, basándose en una teoría de David C. Geary distingue entre conocimiento primario y conocimiento secundario:



Me parece que es una distinción interesante. Como se comenta, los chavales necesitan ser instruidos en el arte de la escritura, en la resolución de problemas matemáticos... Porque son conocimientos secundarios, los cuales no adquirimos de forma biológica y natural, sino solo a través de la instrucción.

Para concluir, es importante que aprendamos a valorar la presencia de estas dos ideas - formalismo y naturalismo - detrás de las diversas propuestas pedagógicas que se nos puedan plantear, ya que su presencia es un buen índice de la evidencia de éxito que podrán tener. ¿En qué nos podemos fijar? En cómo valoran el conocimiento y el currículum; en la visión del conocimiento y de su adquisición, en si se basan en el constructivismo y el aprendizaje por descubrimiento...

sábado, 7 de enero de 2017

Sobre las 'Habilidades del siglo XXI': ¿Existen? ¿Hay que enseñarlas?




Uno de los temas candentes sobre los cuales insisten una y otra vez los principales gurús educativos es sobre la importancia de las 'habilidades del siglo XXI'. Basta con echar un vistazo a cualquier entrevista o ponencia de Richard Gerver, sir Ken Robinson...

Pero, estas 'habilidades del siglo XXI', ¿existen realmente? ¿Son algo nuevo con lo que hasta ahora no habíamos contado? ¿O son más bien una forma solapada de atacar el conocimiento y la memoria, intentando que estas dejen de ser importantes en la escuela del siglo XXI?

Un primer punto sería el plantearse cuáles son las habilidades del siglo XXI: en todas las listas que se proponen acostumbran a estar el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la alfabetización digital, la colaboración, la innovación, la creatividad, el liderazgo... En la siguiente imagen aparece un resumen de todas:



Aquí es cuando aparece una pregunta interesante: estas habilidades, ¿son exclusivas del siglo XXI? En el pasado, en la época industrial o en la época de los descubrimientos, ¿no era necesaria la colaboración? ¿No fue necesaria la comunicación, el liderazgo, la resolución de problemas... en el descubrimiento y en la colonización de América? ¿Y en la revolución industrial? ¿No hubo creatividad e innovación para inventar la máquina de vapor, descubrir nuevas formas de cultivar la tierra? Yendo más atrás incluso, ¿no existía pensamiento crítico en la Antigua Grecia? ¿No fueron fundamentales la creatividad y la innovación para que el Imperio Romano fuese capaz de persistir durante tantos siglos? 

Desde posturas y planteamientos como los que he comentado antes (Ken Robinson, Gerver, los que están en la línia de Escola Nova XXI...) se suele afirmar que, en la era preindustrial, la gente solo tenía que saber el cómo de las cosas, sin entenderlas; en el siglo XX se pasó a necesitar entender las cosas, conocerlas y, ahora, en el siglo XXI, ya no bastaría con conocer las cosas, sino que habría que pasar a saber hacer cosas con lo que sabe para crear nuevo conocimiento. Este planteamiento es un poco ridículo. Siempre ha sido necesario y deseable dominar los diversos niveles del conocimiento. De este aspecto, de la necesidad de dominar los diversos niveles de conocimiento, desde los hechos al análisis complejo, ya habló Platón en el siglo III a.C., cuando distinguía entre 4 niveles intelectuales como afirman Rotherham y Willingham, ¿habría que considerlas 'habilidades del siglo III a.C'?

Como vemos, no estamos ante habilidades que sea exclusivas del siglo XXI, sino que desde siempre han formado parte de la existencia humana. Como comentan los Rotherham y Willingham, posiblemente, más que habilidades, habría que llamarlas competencias, ya que son generales y en ellas se combinan conocimientos, habilidades, actitudes, conductas, experiencia... De estas, hay algunas como el pensamiento crítico o la resolución de problemas que están más relacionadas con el conocimiento, mientras que otras como la colaboración o la cooperación lo están con la conducta. ¿Qué es lo que será necesario para poder trabajarlas bien? Una escuela que tenga un currículum claro, unos fines claros... y permita llegar a desarrollar estas competencias.

Sin embargo, esta no suele ser la visión de personas como sir Ken Robinson, Richard Gerver, Escola Nova XXI:

Entrevista a Eduard Vallory, de 'Escola Nova XXI': http://www.ara.cat/suplements/diumenge/Lescola-ha-projecte-permanent-reconstruccio_0_1610838916.html (son increíbles las vaguedades y tonterías que dice al hablar sobre la memoria).


Cuando hablan de la 'escuela del siglo XXI' o de las 'habilidades del siglo XXI', suelen hacerlo para atacar el conocimiento y la memoria, buscando reducir su peso... La frase 'hay que enseñar a pensar y no a memorizar' se suele oír cada vez más. Es una frase que contrapone dos realidades del conocimiento, el pensamiento y la memoria, que no tiene ningún tipo de sentido oponerlas.

Leyendo y escribiendo sobre este tema, un aspecto que me ha hecho pensar ha sido el siguiente: ¿por qué no son estas las 'competencias' a desarrollar, en vez del confuso planteamiento que tenemos en España y especialmente en Cataluña, que mezcla las áreas de conocimiento, las competencias...? Con lo sencillo que sería tener un currículum claro dividido por disciplinas: lengua, arte, música, matemáticas, ciencias, historia... que aprender teniendo en cuenta las competencias que desarrollar al aprender esos conocimientos.

Para pensar sobre ello, recomiendo la lectura de estos interesantes dos artículos, de los cuales he tomado las principales referencias:

1) El primero es de Daisy Christodoulou. En su artículo habla sobre su escepticismo cuando oye a alguien hablar sobre la importancia de enseñar las nuevas habilidades del siglo XXI.

https://thewingtoheaven.wordpress.com/2012/01/08/why-21st-century-skills-are-not-that-21st-century/?blogsub=confirming#blog_subscription-3

2) El segundo artículo es de Mirjam Neelen y de Paul Kirschner

https://3starlearningexperiences.wordpress.com/2016/11/01/21st-century-skills-dont-exist-so-why-do-we-need-them/